SECCION FEMENINA
Esto le sucedió, de verdad, a mi abuelo.
Vivía, el padre de mi progenitor, en una masía perdida en las montañas y a cuatro horas de la civilización.
Era la del alba, de cierto día de julio de los cuarenta del pasado siglo, cuando aparecieron por la casa dos mozas y le dijeron:
-Somos de la sección femenina de la falange y venimos para ayudar en las faenas del campo. Nos han preparado para la agricultura y la ganadería. Podemos hacer todo, igual que un hombre.
Mi abuelo, un poco incrédulo, les dijo:
-Coged un cubo y un taburete y ordeñad aquella vaca, del final.
Siguió dando de comer a los animales y de vez en cuando escuchaba gritos de las muchachas, mugidos y patadas de la vaca. Al final, se acercó y les pregunto:
-¿Que es lo que pasa?
-Nada señor. Que, a esta vaca, no hay dios que la siente en el taburete.
Visto el éxito de la primera misión, las mandó a llevar a otra vaca para que la cubriera el toro.
A las dos horas llegaron las dos, sudadas, llenas de barro y con los vestidos destrozados.
-¿Pero que es lo que ha pasado ahora?, inquirió el abuelo.
-¡¡Que a esta puta vaca, no hay forma de ponerla panza arriba!!
Última edición por Moliner; 08/03/2015 a las 12:16.
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