Apuntando al cielo.
PEPITO llegó un día a casa y encontró a su POLLITO tirado en el suelo con las patas apuntando hacia el cielo.
Su PAPÁ le explicó que el pollito había muerto y que sus patitas apuntaban hacia DIOS en el CIELO.
Pepito se quedó tranquilo con la explicación y junto con su padre enterraron al pollito. DOS SEMANAS DESPUÉS, cuando el papá regresa a casa del trabajo, Pepito corre a recibirlo gritando:
- ¡Papá, papá, por poco perdemos a mamá hoy!
- ¿Qué dices, Pepito?
- Sí papá, cuando llegué de la escuela, mamá estaba acostada en la cama con las piernas apuntando hacia el cielo y gritando:
- Dios mío, Dios mío.
- ¡Si no hubiera sido por el TÍO PEDRO que estaba encima de ella asistiéndola seguramente se nos hubiera ido!
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