Un representante de la Consejería de Agricultura visita una finca y habla con su dueño, un señor entrado en años. Le dice que desea inspeccionar sus recursos acuíferos. El anciano le dice que perfectamente, pero que por favor no pase por el terreno cercado.
El representante, demostrando su autoridad, le dice:
-Yo tengo la máxima autoridad de gobierno que cabalmente represento, y este CARNÉ que tú ves aquí me califica para ir DONDE ME DE LA GANA, meterme en cualquier propiedad, sea de quien sea, SIN PREGUNTAS, y tampoco debo dar respuestas. ¿ME HAS ENTENDIDO?
El viejo, simplemente se encogió de hombros y siguió con sus quehaceres.
Pasado un rato, el ganadero escucha unos gritos y logra ver al empleado corriendo por su vida, seguido muy de cerca por un toro semental. El toro va ganándole terreno y el tipo, aterrado pide ayuda a todo pulmón.
El viejo de inmediato deja todo lo que estaba haciendo y va hasta la cerca, gritándole a su vez:
-EL CARNET, JODER. ¡ENSEÑALE EL CARNET!
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