05/10/2005.- Cinco osos pardos han muerto envenenados en la cordillera Cantábrica desde 1998. El último caso es un ejemplar de la población oriental de Palencia, en cuyos restos, hallados el pasado día 4 de septiembre, se ha detectado la presencia de Aldicarb, un veneno prohibido y muy peligroso.

Este nuevo caso de envenenamiento se une a la muerte por disparos, el pasado día 25 de septiembre, de otro ejemplar en el mismo parque natural. El oso envenenado habría muerto mucho antes, prácticamente hace un año, aunque sus restos no fueron hallados hasta principios de septiembre.

La Fundación Oso Pardo, Fapas, SEO/BirdLife y WWF/Adena reclamaron que las administraciones competentes pongan en marcha las medidas necesarias para garantizar la supervivencia del oso pardo, especie amenazada. Las organizaciones esperan que fiscalía y Guardia Civil investiguen con todos los medios necesarios y que, al amparo de la estrategia nacional contra el uso de cebos envenenados, las comunidades autónomas presentes en la cordillera Cantábrica pongan en marcha los correspondientes planes regionales contra el veneno.

Consideran necesario incrementar el control sobre los canales de venta y distribución de sustancias altamente tóxicas, como el Aldicarb o el Carbofurano. Consideran que es necesario unificar los criterios que se aplican en las distintas comunidades autónomas y que se elaboren planes de conservación y gestión mínimamente coordinados.

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