Mascotas perdidas, un dolor más dejado por el huracán Katrina
Mascotas perdidas, un dolor más dejado por el huracán Katrina
04 de Septiembre de 2005, 09:45pm ET
Cuando Valerie Bennett fue evacuada de un hospital en Nueva Orleáns, los equipos de rescate le dijeron que no había lugar en el bote para sus perros.
"Le ofrecí mi anillo de bodas y el anillo de bodas de mi madre", dijo la enfermera de 34 años. Pero los equipos de rescate se negaron y le dijeron que ella y su esposo solamente podían llevarse un artículo y ese fue el tubo de plástico con las medicinas necesarias para la supervivencia de su marido, un enfermo hepático.
Tales escenas de abandono se repitieron quizás miles de veces en la costa del Golfo de México la semana pasada.
En un ejemplo estrujante dado a conocer la semana pasada por The Associated Press, un policía le quitó a un niño un perro, mientras el menor hacía fila para tomar un autobús en Nueva Orleáns. "Bola de nieve, bola de nieve", gritó el pequeño hasta que vomitó. El policía le dijo a un reportero que no podía saber qué pasaría con el animal.
En el hospital, un médico daba muerte a algunos animales a solicitud de sus dueños, temerosos de que encontraran una muerte horrible al ser abandonados. Para ello, preparó una cámara de gas en una perrera envuelta en plástico.
"Los perros más grandes luchaban contra el gas. Ellos resistían mas. Cuando vi eso, me dije 'no puedo hacerlo'", dijo el esposo de Bennett, Lorne.
La pareja dejó a los perros con el anestesiólogo, quien prometió cuidar a los animales de 30 empleados del hospital en el techo del Centro Médico Lindy Boggs.
"Dijo que estaría todo el tiempo que pudiera", dijo Valerie.
La tarde del sábado, vio un mensaje en el sitio petfinder.com, donde se informaba que el anestesiólogo continuaba cuidando a los animales.
Los Bennetts tenían cuatro mascotas, dos de ellas perros.
"Espero que me perdonen", dijo Valerie Bennett.
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