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Amuerte
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Amuerte está en el buen camino
LA MUJER

Desde los tiempos antiguos
la mujer, con mucho tiento
comenzó poquito a poco
a sacar los pies del tiesto,
que hubo damas con coraje
y con orgullo bien puesto,
que abrió puertas y ventanas
para que entrase aire fresco.
Pues la mujer… Ya se sabe,
según los bíblicos textos,
que Dios la saco de Adán
cuando este estaba durmiendo…
Y el pobre ni se entero
cuando Dios obró diciendo:
“Salga de ti la mujer.”
No de un revolcón, de un hueso.
Desde entonces – ya se sabe –
vino a ocupar un mal puesto
y ¡ojo! con decirle al hombre
“macho, yo no aguanto esto”
Se lo tuvo siempre en cuenta
para darle gusto al cuerpo
y para llenar de niños
un mundo de lloriqueos.
La mujer, bestia ignorante
según antiguos proverbios
y según la Santa Iglesia,
no entendió de argumentos;
Sus argumentos estaban,
de las dos piernas, en medio.
De ellas decían santamente
los inteligentes clérigos,
que era un ser… pero sin alma
y con el mal en el cuerpo
en el que ponía el diablo
cepos a los hombres, cepos
para que los pobres hombres
hiciesen… lo que sabemos
y pecasen; ¡Dios, que asco
llegaba a diario al cielo!
Que… por cierto no tenia
otro menester más serio
que el de mirón, con lo grande
que hizo Dios el universo.
Fornicar era lo horrible,
lo asqueroso, lo perverso,
y la mujer la culpable
de que tanto guste eso.
Ya San Agustín lo dijo
que ella merece respeto
pero nunca como el hombre.
¡Pues estaríamos buenos!
La mujer es retorcida
y engañosa y alza el vuelo
si el hombre no la sujeta
cogiéndola por el cuello
y haciéndole ver que el macho
es el que tiene talento.
Y es el que firma y rubrica
y, a callar que esta lloviendo.
Y, la mujer casadera,
se sabe que en otros tiempos
era el padre quien decía,
te casaras con Anselmo
que tiene la bolsa llena.
Y no importa que sea viejo.
Y nada de decir ella,
yo a ese señor no le quiero.
Así pasaba después,
que no existía ningún pueblo
donde se hallase un casado
sin un par de hermosos cuernos.
Despacio la mujer
iba ganando terreno…
pero poco, porque el hombre
ha estado siempre muy puesto
sin dejar de pensar nunca
que la mujer es de hueso
y, que a quien Dios se la de
se la bendiga San Pedro.
Pero a el que nadie le quite
de ocupar el primer puesto
porque el hombre, ya se sabe:
¡es hombre y, eso es muy serio!
Y esto que cuento, es de antes,
de lo de hoy ¡ya hablaremos!
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HAY DOS PALABRAS QUE TE ABRIRAN MUCHAS PUERTAS: EMPUJAR - TIRAR

DE CADA DIEZ TIROS QUE PEGO, CINCO SON LA MITAD.
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