Robert Kubica: Diario de un superviviente

Fernando Alonso lo tiene claro: "siempre he pensado que Robert es el mejor de la nueva generación. Corría en karting con Rosberg y Hamilton y les ganaba. No hay ninguna razón por la cual no puede seguir haciéndolo en F1".


La vida de Robert Kubica, seguramente el mejor amigo del español entre los pilotos del Mundial, ha sido una constante superación de obstáculos. Pero su enorme talento y sobre todo su gran voluntad le han permitido superarlos una tras otra, porque este hijo de un modesto tipógrafo polaco está ahora llamado a ser grande de la F-1.

La afición recordará sin duda su grave accidente del pasado año en el GP de Canadá, cuando su BMW completó una impresionante serie de vueltas de campana en las que se temió lo peor y salió indemne, aunque no pudo correr la semana siguiente en Indianápolis por precaución. Entonces se dijo que el Papa Wojtila, de Cracovia como él, le había protegido. No en vano una referencia al mismo adornaba su caso. Ahora ya no figura en él, no porque Robert no siga admirando la figura de Juan Pablo II, sino porque no quiere que se mezclen conceptos.

Este incidente no fue el más grave en la vida de Robert. En 2003 sufrió un gravísimo accidente de carretera –no conducía él– que estuvo muy cerca de costarle la vida. Su brazo debió soportar una placa de las que se utilizan para fijar el fémur, con 16 tornillos. Los médicos incluso pronosticaron que no volvería a correr. Un mes más tarde volvía a la pista.

La trayectoria de Robert ha sido una carrera contra los obstáculos. Su padre comenzó a hacerle correr en kart en Polonia y de allí lo llevó a Italia, la meca de los kartistas. Alguién habló de este polaco a un manager italiano, Daniel Morelli que concertó una cita. "Me impresionó. El padre apenas habló. Fue Robert quien llevó la voz cantante. Sus resultados eran muy buenos y parecía enormemente maduro". Fue el primer extranjero que ganó un título italiano de karting. Hoy, Morelli es su managery lo sigue a todas partes.

Sus éxitos siguieron en la F-Renault y la marca francesa lo incluyó en el programa de jóvenes pilotos, pero su F-3 no era competitivo, el motor no era Mercedes sino Mugen, y a final de año Renault decidió no renovarle la confianza pese a ganar en Norisring. En 2004 corrió de nuevo en F-3 y acabó ganado el GP de Macao. En 2005 consiguió el apoyo de Joan Villadelprat para correr las World Series, y esta vez fue el golpe definitivo. Mario Theissen decidió llamar al polaco tras verlo correr en el circuito urbano de Bilbao, donde dio una demostración de pilotaje: "Me bastó una vuelta para darme cuenta de su talento".

A final del año 2005, con 4 victorias y un título como campeón de las W.S. Renault, tuvo ocasión de hacer un test con Renault y aunque fue más rápido que Frank Montagny, el francés era ya el piloto probador de Renault. Theissen no lo dudó: lo eligió como probador para 2006. A media temporada, visto el bajo rendimiento de Villeneuve, le dio la oportunidad de saltar al equipo. Asombró. El pasado año sufrió con los Bridgestone, éste 2008 está dispuesto a ganar su primer GP.