POEMAS DE TODOS LOS GENEROS
Despues de pensarmelo mucho, he decidido habir este hilo y ver si tiene exito o por el contrario se muere, como dice el titulo, caben toda clase de poemas asi que empiezo con uno.
AHORA QUE ESTAMOS Ahora que estamos despacio vamos a contar mentiras, por el mar corren las liebres por el monte las sardinas, yo cogí un sardinon que peso doscientas libras, donde lo fui a vender cerca de una hermosa torre, yo vi un rio que no corre por falta de unos zapatos, yo vi una gresca de gatos pelearse con un turco, yo vi sacar de un surco trigo para toda España, yo vi tejer una araña tela para cien soldados, yo vi hacer un arado con la cascara de un pepino, yo vi moler un molino con el viento de una bota, yo vi una puerta rota remendada con esparto dos ratone estiraba y dos gatos remendaban, yo iba un camino adelante muerto de hambre y merendando, me encontré un almendro empece a tirarle piedras y caian avellanas, llego el tio de las castañas, y me dijo tal y cual porque tira usted piedras siendo mio el melonar, me tiro un canto a un tobillo me hizo sangre en un colmillo, me fui a la venta a curar, el ventero estaba de parto la ventera se fue a labrar, los platos estaban barriendo la escoba en el basar, los perros echados en huevos las gallinas haciendo gua, y yo que vi estos asuntos, me vine a mi casa a curar. |
La primavera besaba
suavemente la arboleda, y el verde nuevo brotaba como una verde humareda. Las nubes iban pasando sobre el campo juvenil... Yo vi en las hojas temblando las frescas lluvias de abril. Bajo ese almendro florido, todo cargado de flor -recordé-, yo he maldecido mi juventud sin amor. Hoy en mitad de la vida, me he parado a meditar... ¡Juventud nunca vivida, quién te volviera a soñar! |
Por la puerta de un convento
va un hombre vendiendo nabos salió la madre abadesa ¿a como da usted los nabos? a peseta el medio kilo no quiero nabos tan caros los quiero frescos del dia y que sean regalados. |
Te quiero
Tus manos son mi caricia mis acordes cotidianos te quiero porque tus manos trabajan por la justicia si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro tu boca que es tuya y mía tu boca no se equivoca te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos y por tu rostro sincero y tu paso vagabundo y tu llanto por el mundo porque sos pueblo te quiero y porque amor no es aureola ni cándida moraleja y porque somos pareja que sabe que no está sola te quiero en mi paraíso es decir que en mi país la gente viva feliz aunque no tenga permiso si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. |
CARA DE VIEJO
Toa la gente me lo dice que estoy tan seco, tan seco, como un majuelo transio por los hielos del invierno. Me dicen que tengo chepa, que tongo cara de viejo... ¡Y ayer cumplí veinte años! noventa cumplió mi abuelo. El, tiene sabia de encina, carne y alma de otro tiempo. Yo no se como he creció, ni aun pa nacer tuve lecho, ni mi madre tuvo teta ni mi padre tuvo hierro, pa comprarme biberones ni unos trapos pa mi cuerpo. Me dicen que estoy flacucho porque llevo amores dentro, y la verdad, no me explico porque yo no se que es eso. ¿Una candela encendía en lo mas hondo del pecho?... ¡¡Yo soy un tizón apagao por una escarcha de enero!!... Amar, es buscar la moza, empollinarse de celos, apretujarla en los brazos y darle un montón de besos. El instinto me lo ha dicho a veces, con voz de fuego, pero la voz se ha quebrao... que son mis venas de hielo. No, no me atacan amoríos, no brillan en mi deseos, ni bailan las ilusiones tangos en mi pensamiento. Se equivoca toa la gente. ¡¡Yo solo, se lo que tengo!! Hervíos de hierba y agua, en vez de leche primero. Muchas horas de trabajo, y minutos de alimento. Yo no he conoció el pan, aquel panecito tierno to recalaito de aceite que daba fuerza a los huesos. Yo no he probao el tocino. Yo no me he comió un huevo, ni unas migas que sean migas, ni un garbanzo que sea tierno. Yo... no se hacer un punto... con una punta en el suelo. Yo... yo soy, un alma perdía... Yo... yo soy, ¡¡un analfabeto!! ¡¡analfabeto!!... que honda suena esta palabra, ¡¡ cielo !! ¡¡Me quitan la luz y el pan viles gente de mi pueblo!! ¡¡ Por eso, siendo tan joven, tengo, esta cara de viejo !!... |
ROMANCE DEL CONDE QUE PISO UNA MIERDA
Fue un día de suerte negra que tañeron las campanas algo flojillas… Quizás por el viento que soplaba. En la calle poca gente. Casi desiertas las plazas. Perros de mirada triste con el rabo entre las patas. El Conde de la Siringa Don Fausto Pitos de Ocaña, se enamoro -¡pobre conde!- de una morita simpática que andaba moviendo el culo por las calles de Granada. Mora de extraña hermosura, mezcla de mora y cristiana; Ojos verdes, pelo negro y la piel azafranada. Mora que cuando reía tan negros dientes mostraba que preguntándole a coro: “Tu ¿Qué dentífrico gastas?” El Conde de la Siringa Don Fausto Pitos de Ocaña la vio y le dijo muy fino: “¡Estás que muerdes de guapa! ¿Menudeo contigo el paso y hablamos de circunstancias? Soy Conde de la Siringa…” Y ella con zorra mirada claveteando estrategias pensando en barcos y en barcas y oteando un horizonte de joyas y buena casa respondió:”Pues señor mío, si quiere… hablamos mañana, que, hoy, voy al conservatorio a tomar clases de flauta… y llevo prisa” “Di ¿donde mañana será tu gracia?” “Pues como morita soy… nos veremos en la Alambra, que me recuerda el encanto de mi Corte de Alifafa” El Conde de Siringa Don Fausto Pitos de Ocaña beso aquellos largos dedos de la morita simpática. No durmió esperando el día de echar al aire una cana… o, echar todo el peluquín, que la ocasión pintan calva. Llego al jardín -¡Dios que tarde!- Un frío que masticaba le hizo decir: Pobre mora ojala no se enfriara y lo que es horno caliente se le convirtiera en escarcha. …No aparece…Esta no viene… ¡Ay, morita de Alifafa desde que hablamos ayer estoy en gilipollandia. Y el conde pasea… se frota y el aire casca que casca. Pregunta el conde por ella, da indicios… y una fulana le dice, encendiendo un puro, “esa mora de quien hablas por puta y escandalosa se la han llevado los guardias. Si irte de vacío no quieres… ¡Aquí esta Pepa la Graja!” El Conde de la Siringa Don Fausto Pitos de Ocaña, atónito soltó un taco y rompiendo la baraja gritó con púas en los ojos y el la boca una navaja: ¡Me cago el la leche negra, esto es una c abronada! Un culebron como este ni mi abuela se lo traga. Retrocedió sin mirar y dio un pisotón con rabia sobre una mierda reciente; una mierda grande y blanda; una mierda de algún perro… o, de una persona guarra que en un apretón de tripas decoro el suelo de caca. Arrastro el conde los pies. La hediondez le intoxicaba. A veces que pena da tener la nariz tan larga. Salio de allí echando pestes, y tapándose la cara. Maldecía desesperado a todos los que cagaban. “Que a un hombre de mi abolengo le pasen cosas tan raras, ni está escrito ni seré yo quien cuente tal hazaña.” Y el Conde de la Siringa Don Fausto Pitos de Ocaña, en su casa sin ser visto, entró por la puerta falsa mascullando: Y yo me cago en la corte de Alifafa. |
TU GEOGRAFÍA
Permíteme explorar tu geografía y aprender los secretos de tu historia. Yo te abriré el caudal de mi memoria, me guardarás en ti, y tú serás mía. Contemplaré de cerca tu paisaje, observándolo dulce y lentamente, y con el gesto alegre y sonriente aprestaré mi cuerpo para el viaje. Desataré en mis manos diez corceles para escalar las cumbres de tus senos. Cabalgarán sin bridas y sin frenos, y volverán cargados de laureles. Se adentrarán en la espesura densa de tus cabellos ondeando al viento, y con un galopar raudo y violento descenderán a la llanura inmensa. Sus cascos herirán la superficie de tu vientre desnudo, terso y suave, y en un trote solemne, firme y grave, llegarán al confín de la planicie. Pasarán por tus muslos temblorosos flotando de sus crines las banderas, y lanzarán al aire en sus carreras relinchos estridentes y furiosos. Yo soltaré las águilas reales de mis labios en torno a tus montañas, y rondarán las verdes espadañas en manso vuelo y suaves espirales. Y buscarán el nido de tu boca y las laderas de tu esbelto cuello, y en su revuelo fulgurante y bello sentirás su aleteo que te toca. Sus plumas rozarán tu piel caliente, despertando en tu cuerpo la agonía de un más, y un más aún, y un todavía, y un ansia de alargar este presente. Libertaré al león que ruge dentro, y con rítmicos saltos elegantes, y el poder de un rebaño de elefantes, se lanzará hacia el misterioso centro. Irá con furia atávica y salvaje, buscará la recóndita caverna, penetrará con fuerza de galerna, a través de la fronda y el ramaje. Y tras la caza audaz y agotadora reposará su cuerpo fatigado, tendido al interior, aletargado, pero alerta su mente cazadora. Permíteme explorar tu geografía y aprender los secretos de tu historia. Yo te abriré el caudal de mi memoria, me guardarás en ti, y tú serás mía. |
salud..
|
CANTO A LA MUJER ESPAÑOLA
Cierto día, el hada azul quiso a la tierra bajar, y se mando preparar su gran carroza de tul, diciendo: A cada mujer de las distintas naciones, les voy a dar tantos dones como puedan merecer. Bajo aquí sin dilación, toco su cuerna amarante y acudieron al instante una de cada nación. Llamo y dijo a la italiana. Tu tendrás ardientes ojos, y tendrás labios tan rojos que parecerán de grana. Por tu cutis sonrosado dijo a la inglesa, serás entre todas las demás un tesoro codiciado. Por tus nacarados dientes le dijo a la austriaca luego, veras quemarse en el fuego de amor a tus pretendientes. A la mujer parisien diole suma distinción ingenio, espris, corrección y hasta corazón también. Y así fue haciendo lo mismo prodiga con todas ellas, repartiendo entre las bellas a una sentimentalismo, a otra ingenio, a esa, blancura, a esta, claro entendimiento, a aquella, apasionamiento, y a esta otra, un alma pura. Y asi acabo con sus dones que entre todas repartió, cuando al terminar salio de entre todas las naciones, una soberbia manola, joven, casi una chiquilla, que lucia una mantilla de rica blonda española la que acercándose al hada, ruborosa dijo así. ¡Según veo….para mi….. no me habéis dejado nada! Quedose el hada un momento suspensa de admiración, y fijando su atención le dijo con dulce acento. Vamos dime.¿Tu que quieres, que yo te pueda otorgar? ¿yienes algo que envidiar a todas estas mujeres? ¿no tienes el pelo, acaso, abundante, negro, hermoso. ¿No tienes el porte airoso? ¿no tienes el cutis de raso? ¿no hay en tu mirada clara, rayo de sol que fascina? ¿no es tu sonrisa divina? ¿no es bellisima tu cara? Entonces….¿que quieres di? Si al compararte con ellas, resultan todas menos bellas que tu….¿que buscas aquí? Pero….(entonces dijo el hada) yo no quiero que al marcharte tengas por que lamentarte de que no te he dado nada. Y mirando a la manola dijo alzando mas el tono, ¡¡ a ver, que traigan un trono a esta mujer española !!!!!!!! Y en este cuento me fundo si este cuento no me engaña para decir ¡¡que en España esta lo mejor del mundo!!!!! |
salud..
|
LA PROFECIA
Me lo contaron ayer, las lenguas de doble filo, que te casaste hace un mes y me quedé tan tranquilo. Otro cualquiera en mi caso se hubiese echado a llorar, yo, cruzándome de brazos dije que me daba igual. Nada de pegarme un tiro, ni enredarme a maldiciones, ni de apedrear con suspiros los vidrios de tus balcones. ¿Que te has casado? ¡Buena Suerte! Vive cien años contenta y a la hora de la muerte, Dios no te lo tenga en cuenta. Que si al pie de los altares mi nombre se te borró por la gloria de mi madre que no te guardo rencor. Porque sin ser tú marido, ni tu novio, ni tu amante, soy el que más te he querido y con eso, con eso tengo bastante. Y haciendo un poco de historia nos volveremos atrás para recordar las glorias de mis días de chaval. -¡¿Qué tiene el niño Manuela!? Que anda como trastornado. Le noto cara de pena y el colorcillo quebrado- -Ya no juega a la pelota, ni tira piedras al río, ni se destroza la ropa subiéndose por el nido- -¿No te parece a ti extraño? ¿No es cosa muy rara? ¡Que un chaval de doce años tenga tan triste la cara?- -Mira que soy perro viejo y andas demasiado tranquila ¿Quieres que te de un consejo? Vigila mujer, ¡vigila!- Y fueron dos centinelas los ojillos de mi madre: -Cuando sale de la escuela se va para los olivares- -¿Y que es lo que busca allí? -Una niña, tendrá el mismo tiempo que él… -José Manuel, no le riñas, que está aprendiendo a querer- Mi padre encendió un pitillo, se enteró bien de tu nombre y te compró unos zarcillos y a mi, a mi un pantalón de hombre. Yo no te dije: "te adoro" pero amarré a tu balcón mi lazo de seda y oro de primera comunión. Y tú fina y orgullosa, me ofreciste en recompensa, la cinta color de rosa que engalanaba tu trenza. -Voy a misa con mis primos- -Bueno, te veré en la ermita- ¡Y que serios nos pusimos al darnos el agua bendita! De vuelta del campanario cuando rompimos a hablar: -Dice mi tita Rosario que la cigüeña es sagrada- Y el colorín, y la fuente y el rocío, y el bronce de esta campana y el romero de los montes y aquel torito valiente que esta bebiendo en el río. Y aquella cinta lejana que llamea en el horizonte, todo es sagrado, cielo y tierra por que todo lo hizo Dios. -¿Que te gusta más?- -Tu pelo- Que bonito me salió. - Y tus manos redonditas. Y tus pies fingiendo el paso de las palomas zuritas con la pureza del copo de nieve te comparé, te revestí de piropos de la cabeza a los pies. Te hice un ramo de pitiminí precioso. Y luego, y luego nos retratamos en las agüitas del pozo. -¿En que piensas?- -En darte un beso- Y sentí una vergüenza… ¡que me caló hasta los huesos! De noche muertos de luna nos vimos en tu ventana -Ssshh calla mi hermanillo está en la cuna, le estoy cantando una nana- "Quítate de la esquina chiquillo loco que mi madre no quiere ni yo tampoco" Y mientras tú le cantabas, yo inocente pensé que la nana nos casaba como marido y mujer. Pamplinas, figuraciones que inventan los chavales, después la vida se impone: "tanto tienes, tanto vales". Por eso hoy, al enterarme que llevas un mes casada no dije que iba a matarme sino que me daba igual. Más como es rico tu dueño te vendo esta profecía: "Tú cada noche en tu sueño soñarás que me querías y recordarás la tarde en que tu boca me besó. ¡Y te llamarás cobarde! Como te lo llamo yo. Y verás sueña que sueña que morí siendo chico, que se llevó una cigüeña mi corazón en el pico. Pensarás: "No es cierto nada, yo sé que lo estoy soñando". Pero allá en la madrugada te despertarás llorando por el que no es tu marido, ni tu novio, ni tu amante, sino el que más te ha querido y con eso, con eso tengo bastante. Por lo demás, todo se olvida. Verás como Dios te envía un hijo como una estrella. Avísamelo enseguida, me servirá de alegría cantarle la nana aquella: "Quítate de la esquina chiquillo loco que mi madre no quiere ni yo tampoco" Pensarás: "No es cierto nada, yo sé que lo estoy soñando". Pero allá, allá en la madrugada, te despertarás llorando por el que no es tu marido, ni tu novio, ni tu amante, sino el que más te ha querido y con eso, con eso tengo bastante. |
salud..
|
EL SECRETO DE LA CAIRELES
Fue en una corrida de lujo, con seis toros de bandera. Tarde de Mayo hecha luz y matadores de esencia. El sol y el arte se unían hilando en devanadera los hilos de oro fundido aquella tarde torera. En un tendido de sombra entre madroños de seda con tres c apullos de rosa prendidos sobre la peineta, Pepa Caireles sentía hervir la sangre en sus venas. Nadie lo sabia, nadie. Tan solamente era ella la que el secreto callaba de aquel que estaba en la arena. Por la boca de la gente con bisbiseos de rueda la fama de la Caireles se pareaba sin cuenta. De su hijo haciendo eco, de sus caprichos leyenda, de su sonrisa cantares, de su corazón vergüenza. Y aquella tarde de Mayo, al contemplarla en barrera recogiendo con un brindis del torero la montera, vieron por sus ojos negros como nacían dos perlas que se quedaban prendidas en sus madroños de seda. Por los tendidos de sombra y haciendo blanco de flechas, los dardos de las sonrisas tenían frases como estas - es un amor de capricho - - él es mas joven que ella - - su cariño es el dinero - - su corazón esta en venta - Y mientras estas palabras se convertían en afrentas el torero y la Caireles se daban besos, por señas. Tres pases dados por alto y unas verónicas sueltas, precedieron la cogida del torero de leyenda. Hubo gritos y sollozos, y en la grada de barrera se oyó escapar esta frase por los madroños de seda. ¡Ay, que ha matado a mi hijo!.... ¡Ay, que dolor, y que pena!.... Y estas palabras de llanto, volando la plaza entera, fueron llave del secreto que tanto guardo "La Pepa". |
UN LIRIO ENTRE ZARZAS
Te vi una noche en un barrio que ni recordarlo quiero. Ibas del brazo de un hombre tan rudo...y con tal aspecto de maldad...que en un instante sentí compasión y celos. Con angustia... tembloroso... te fui los pasos siguiendo. En un cafetín del hampa, opaco, triste y mugriento, tu cuerpo de Diosa era un lirio, entre zarzas preso. ¿Y eres tu quien te lamentas Francisco Vargas Romero? ¿Y eres tu quien te condueles tormento de mi tormentos? Tengo el corazón sangrando por culpa de tus desprecios y ahora me dices que sufres... ¡¡ No te creo!! ¿Que nueva traición preparas sino de mi sino negro? ¿que corazón es el tuyo? ¿que maldad guarda tu pecho? ¡Habla!..¡dime!..¿no contestas? ¿que has de contestar?...si veo mas claro tal vez que nunca, o igual que en aquel momento en que tomando tus manos los rizos de mis cabellos, trenzaron un nudo de angustia sobre el bronce de mi cuello. ¡Huye, querer asesino! ¡Huye, porque te aborrezco y te maldigo, y te odio como te amé en un momento! ¡Tengo el corazón sangrando por culpa de tus desprecios, y ahora me dices que sufres! ¡¡No te creo!! ¡Aun que con razón me odies yo he de quererte, y te quiero! ¿Que a mi te entregaste un día y he sido tu sino negro?... ¿Que me condenas y maldices porque tus ojos vertieron lagrimas de Dolorosa por culpa de mis desprecios?... ¡Y a mí que...si aunque me odies yo he de quererte, y te quiero! La culpa de esa traición la tuvo...¡ve tu a saberlo! Tal vez una carita blanca como la flor del almendro, o unos labios maldicientes, o unos ojazos tan negros como todos mis pesares... ¡en fin, el mundo es...eso! ¿Y que es el mondo?... ¡¡Alegría!! juventud, locura, celos vino, mujeres, cantares... ¿Y el final?...cuando el dinero nos falta por el desprecio de los amigos...¡Achares, dolor, pena, sentimiento, rencor, odio, maldiciones!... ¿Lo que a ti te ocurre?... ¡¡Eso!! ¿Y ahora lo ves?... ¡Nunca es tarde para redimirse! ¡Es cierto!¿pero te acuerdas?... ¡Parece que ahora te veo!... Yo, una niña tu un gran mozo con empaque y con dinero, y unas palabras tan dulces para ocultar el veneno que lo recuerdo...¡y te odio! ¿y a mí, que? si aun que me odies ¡¡yo he de quererte, y te quiero!! |
Un duro al año
Monte arriba, cara al viento, buscando reposo y calma, íbame yo muy contento, dándole descanso al alma, y cuando al alto llegué, y al dar la vuelta a la cima un rebaño me encontré que se me venía encima. Avanzaban las ovejas marchando al paso tranquilas, y pasaban las parejas al sonar de las esquilas: y a los últimos reflejos de los rayos vespertinos las vi perderse a lo lejos por los ásperos caminos. Detrás de ellas, lentamente, dando al aire una canción y sacando indiferente su mendrugo del zurrón, venía un pastor, un niño, un imberbe zagalejo, que me inspiró ese cariño que es tan súbito en un viejo. -¡Hola! ¿eres el pastor? -Sí señor, ¿qué se le ofrece? -¿tienes padres? -no señor. -¿cuantos años tienes? - Trece. - ¿Y cuanto ganas, amigo? - Un duro. - ¿al día? ¡anda maño! - ¿Un duro al mes? - ¡que no, digo! - ¡Un duro al año! II Le dejé que se marchara y en el monte me senté, y avergonzado, la cara en las manos oculté. Pasaron por mi memoria templos, palacios y reyes, los aplausos y las glorias, los discursos y las leyes, los millones del banquero, las fiestas del potentado, réditos del usurero, ladrones en despoblado, fortunas mal heredadas en el tapete perdidas, cortesanas celebradas de ricas galas prendidas, los que de lujo se afanan, tantas glorias, tanto daño... y en tanto hay seres que ganan... ¡Un duro al año! III ¡Un duro! ¡OH Dios! ¡Cuantas veces lo habré derrochado Yo, en miles de pequeñeces que mi gusto me perdió! en comer y no tener ganas, en caprichos, en favores, en vanidades humanas, en guantes, coches y flores, en un rato de placer, en un litro sin valor, en apostar, en beber, en humo, en un buen olor... Y ese duro que se olvida En cuanto correr se deja, era un año de la vida de aquel niño que se aleja... Y vi que somos peores todos los seres humanos. unos, falsos soñadores; otros, falsos puritanos todos en el daño iguales; ante las llagas sociales; y hay seres que, en esa edad que ignoran su propio engaño deben a la humanidad... ¡Un duro al año! IV ¡No! Mientras el frío enero, en una espantosa noche, mi prójimo, por dinero, me lleve a mi casa en coche; mientras de la mina obscura saque el carbón tanta gente, pasando tanta amargura para que Yo me caliente; mientras de la alegre fiesta salga Yo, que siento y creo, y al pobre que me moleste le mande airado a paseo; mientras derroche la moda, y se gasten, grande o chico, mil duros en una boda. Mil en entierros del rico, y hasta el sol desigual sea que me sirvan de lacayos ni creo en leyes humanas ni en el que las bombas tira... ¡Palabras! Palabras vanas. ¡Mentira, todo mentira! No hay a las penas consuelos; ¡sufrir y siempre sufrir! ¡El Cristo se fue a los cielos, pero volverá a venir! Y ha de subir a mil codos mas alto el nuevo diluvio, y en el moriremos todos; y más altos que el Vesubio Nos ha de ver impasible ese niño, ese pastor, ya convertido en terrible ángel exterminador, y entre torrentes de lava gritara de su alto escaño: -Yo soy aquel que ganaba ¡Un duro al año! V Así a mis solas decía, Solo, en la cumbre del monte, Mientras el sol se escondía en el rojizo horizonte, en la sombra se ocultaban lentamente las aldeas, y allá lejos humeaban las fabriles chimeneas, entre el ruido y movimiento de las modernas ciudades, resumen triste y cruento de las necias vanidades... Y allá, perdido en la plana, Cantando, tras su rebaño, iba aquel niño que gana ¡Un duro al año! |
salud..
|
* BALADA DE LA ALAMEDA
Era el silencio miel sobre seda, y era un ungüento de paz la brisa. Yo iba del brazo con tu sonrisa por la alameda. Tu boca dulce como un olvido me dio sus jugos bajo el follaje, y su chasquido rozo mí oído como un plumaje de un cisne herido; como un encaje desvanecido; como un celaje loco de viaje sobre un paisaje desconocido... Tu boca ungida de luz de trino, bordó una sombra de frases quedas... Tu boca tibia me supo a vino, y en la hojarasca de las veredas se alzó el revuelo de un remolino de áureas monedas... Y fue el silencio como una gruta, y la quimera fue como un río donde bogaron tu amor y el mío... Y fue tu boca como una fruta humedecida por el rocío... Como amputando gestos sombríos bruñó la luna su filo de hacha, y retorciendo sus dedos fríos cruzó una racha... Yo unté de besos tu boca roja, tu boca dulce como un regreso, y en cada árbol fue cada hoja un eco verde de cada beso. Tu boca intacta me dio sus rasos, tu voz sin bordes me dio su seda, y, en la delicia de los retrasos, moría el roce de nuestros pasos en el silencio de la alameda... |
ROMANCE DE LA VIUDA ENAMORADA
Siempre pegada a tu muro y al filo de tus almenas; siempre rondando el castillo de tu amor; siempre sedienta de una sed mala y amarga de desengaño y arena. ¿Por qué te querré yo tanto? ¿Por qué viniste a mi senda? ¿Quién hizo brillar tus ojos en la noche de mi pena? ¿Qué lluvia de mal cariño quiso convertirme en yedra, que va creciendo y creciendo pegada a tu primavera? ¡Ay, que montaña de amor tengo sobre mi cabeza! ¡Ay, que río de suspiros pasa y pasa por mi lengua! Yo estaba en mis campos hondos, allí en Castilla la Vieja durmiéndome entre molinos y coplas rubias de siega, y era mi vida una noria monótona y polvorienta. Mis hijos venían del campo, con sus camisas abiertas, y en el pulso de sus hombros reclinaba mi cabeza. Así, un día y otro día, allí en Castilla la Vieja... Una tarde ( por los nardos subía la primavera... ). Una tarde, vi tu sombra que venía por la senda dentro de un traje de pana, tres vueltas de faja negra y una voz dura y redonda lo mismo que una pulsera. -Buenas tardes, ¿hay trabajo?* -Sí-* te dije toda llena de un escalofrío lento que me sacudió las venas y que me quitó de encima diez años de vida muerta, bordando en mi enagua oscura una rosa dulce y tierna. -Está bien-* fueron tus gracias, y, doblando la chaqueta te sentaste a mi lado en el borde de la senda. Vive este amor de silencio y entre silencio se quema, en una angustia de horas y en un sigilo de puertas. El pueblo ya lo murmura en una copla que rueda todo el día por el campo y de noche en la taberna. Dicen que si soy viuda y sacan el muerto a cuestas; dicen, que si por mis hijos me debía dar vergüenza... Dicen, tantas cosas, tantas, que las paredes se llenan de vidrios y maldiciones y hasta a veces de blasfemias. Mi hijo el mayor (veinte años, dulce y moreno), con pena, me habló esta mañana: -Madre, ese traje no te sienta, ni esas flores, ni ese pelo, ni ese pañuelo de hierbas... Yo no me atreví a mirarlo, y me sentí muy pequeña, como si fuese mi madre la que hablándome estuviera. -Por nosotros, tu no debes vestirte de esa manera... ¡Ay, por vosotros! Os di todo el trigo de mi era; todavía de vosotros mi cintura tiene huellas. ¡Sangre mía que anda y vive y a mí me va haciendo vieja! ¿Pero es que yo ya no tengo derecho a querer? ¿Qué ciega ley me prohíbe que al sol deje mis rosas abiertas? ¿Y que me mire al espejo, y que me vista de fiesta, y que en mi jardín antiguo florezca la primavera?... ¡Quiero y quiero y quiero y quiero! Están en flor mis macetas; diez ruiseñores heridos cantan amor en mis venas, y me duele la garganta, y está mi voz hecha piedra de tanto decir: "Te quiero como a ninguno quisiera!" ¡Ay, qué montaña de amor tengo sobre mi cabeza! ¡Ay, qué río de suspiros pasa y pasa por mi lengua! ¡Canten, hablen, cuenten, digan, pueblo, niños, hombres, viejas... que yo de tanto quererle no sé si estoy viva o muerta! |
LOS SIETE PECADOS CAPITALES
Lo mismo que un San Jerónimo, hueso, pellejo y raigambre, llorando estoy en tu puerta mis pecados capitales. Los siete no..., los catorce, que a catorce cientos caben, que cada uno de los siete que en el catecismo se abren, se hicieron siete y setenta, y setecientos azares. Solo por ti, por el gozo *pecador de aprisionarte. * Culpas de soberbia tuve, y ahora gozo en confesarte; Soberbia... tuve de ti, si es pecado, que me manden descalzo a Jerusalenes, que por mucho que me manden, la soberbia irá por dentro de mis sienes clareándose. Que quien una vez te tuvo en abandono de sangre, poco castigo es que luego lo fuercen a condenarse. * Y avaricia... ¿Quien pensó que aquellos jardines reales... las magnolias en el pecho y la saliva de dátil, no tendrían avariento jardinero que los guarde...? Si hasta para ser avaro, ¡Dios me sostenga el aguante! avaro fui de la pena que un día me regalaste, y me clavé los tres clavos desde la punta al remache. * De lujuria, no digamos, que es cosa que ha de callarse, que pregunten a la alcoba, y a las sabanas de enlace y a las veinte perinolas que estaban almidonándose; que ellas dirán lo que fui: toro, palomo y arcángel entre edredones de plumas vencido y de abochornarse. * Ira tuve contenida; ira de ti, ¡Dios me ampare! ira de ti, de sentir... tu entrega sin entregarte, ira de saber que siendo, tan valiente... soy cobarde, y un día con Dios de espalda y tu mentira en la tarde, no te agarroté del cuello y te estrangulé de balde, y aquí paz y después gloria, gloria de bandillo y carne. * Hasta gula profesé, yo que soy sobrio de panes, que medio sorbo yo bebo de vino para hartarme, ¡Si aun doy bocados al aire porque el manjar de tu cuerpo golosamente me sabe! * Y envidia... que fui envidioso de tu vida, de tu antes, de cuando no estaba yo pegado a tus palpitares, y a quien me cogió la delantera en tu sangre, le deseo sinapismos de lumbre en los riñonales, y si sus señas supiera... provincia, ciudad y calle, por la envidia que le tengo, prendería su linaje con tanta pólvora negra que ni rastro le quedase. * ¿Que me falta...? si, hasta tuve pereza para que no falte el séptimo, son sesenta en catecismo de amante pereza de no moverme, pereza de no dejarte, pereza de que se hundieran, casa, familia y caudales solo por estar contigo, pegado, lacre con lacre. * Siete pecados me cogen del pelo a los calcañales. Soberbia con avaricia, lujuria con ira grande, gula y envidia y pereza. Y si no fueran bastante, los siete parieron siete con siete multiplicares. * Dile que venga a la tuya al escribano, al alcalde, al sepulturero, a todos los que quieran escucharme; tengo dentro de las venas los pecados capitales y busco mi contrición algo que de ti me aparte, que estoy pasando un infierno donde cuando me achicharre, los cuatrocientos pecados darán la lumbre a tu imagen. |
salud..
|
Romance de rojo y verde
A Federico García Lorca Fueron cinco los tricornios, y cinco fueron los tiros, y cinco los chorros rojos de sangre, y los ayees cinco; Y cinco las maldiciones y cincuenta mil los gritos de rabia, que los gitanos dieron a su Federico. Adiós compadre poeta, rey de Granada y Egipto, pariente de Abderramanes y primo de Carlos Quinto. Capitán de los gitanos, general de los bien dichos, emperador de la imagen fabricada con los lirios. Escultor de las guitarras, cincelador de los ritmos, almirante de las aguas de las fuentes y los ríos. Alquimista de las flores, inventor del licor fino de limones, de laureles, de claveles y de mirtos. Dibujante de la noche delineante del olivo, arquitecto de la luna, recogedor de suspiros de mujeres y luceros que se cayeron rendidos a tus pies, cuando empezaste a cantarlos, Federico. Adiós espejo redondo de los claros y los limpios. Adiós corazón de arcángel David chiquirriquitito. Mártir de tu pluma verde y mártir del odio tinto de civiles y de payos con alma de señoritos. Se equivocaron compadre tus matadores fenicios… pues te dieron con la muerte calidad de Dios, y mito. Que la sangre que vertieron por los cinco chorros tibios de tu cuerpo, fueron fuentes que dieron a tus escritos sabia de verdura verde por los siglos de los siglos. |
salud..
|
AMIGOS… ?
Amigos por tanto tiempo, y al revés de otras historias, tú sabes lo que yo siento, y sé que ahí en tu memoria, no existe arrepentimiento. Sé que juntarme contigo, a oscuras o a luz del día es hundirme en la agonía de no acallarte con besos, de no encontrar el camino para empezar mi regreso. Sé que no tienes idea de cuántas veces a solas, y con los ojos cerrados, lentamente y con cuidado con amor te he desnudado. Sé que no sabes, lo entiendo, porque yo lo he imaginado con qué pasión me has besado, cómo te has estremecido cuando mis labios perdidos sobre tu piel se han quedado. Amigos por tanto tiempo, tú conmigo, yo contigo, listos a cada momento, para asistir al encuentro de la pena o del problema que al otro le está afligiendo. Amigos por muchos años, y al revés de otras historias, tú sabes lo que yo siento. y sé que ahí en tu memoria, no existe arrepentimiento por la locura vivida una noche de verano en que probé de tu mano, de tu cuerpo y de tu boca la demencia que sofoca la razón y los sentidos. Ahora espero que me digas, de una vez y para siempre, que si a pesar de mis años tu juventud anhelante me acepta como a un amigo, tú alguna vez en castigo me recibas como amante. |
CARTA SIN FECHA*
Amigo: sé que existes, pero ignoro tu nombre. No lo he sabido nunca ni lo quiero saber. Pero te llamo amigo para hablar de hombre a hombre, que es el único modo de hablar de una mujer. Esa mujer es tuya, pero también es mía. Si es más mía que tuya, lo saben ella y Dios. Sólo se que hoy me quiere como ayer te quería, aunque quizá mañana nos olvide a los dos. Ya ves: ahora es de noche. yo te llamo mi amigo; yo, que aprendí a estar solo para quererla más; y ella, en tu propia almohada, tal vez sueña conmigo; y tú, que no lo sabes, no la despertarás. ¡Qué importa lo que sueña!. Déjala así, dormida. Yo seré como un sueño sin mañana ni ayer. Y ella irá de tu brazo para toda la vida, y abrirá las ventanas en el atardecer. Quédate tú con ella. Yo seguiré el camino. Ya es tarde, tengo prisa, y aún hay mucho que andar, y nunca rompo el vaso donde bebí un buen vino, ni siembro nada, nunca, cuando voy hacia el mar. Y pasarán los años favorables o adversos, y nacerán las rosas que nacen porque sí; y acaso tú, algún día, leerás estos versos, sin saber que los hice por ella y para ti.... |
LA COMPRA A PLAZOS
Tengo un vecino en mi casa que no le falta de na, el gachón se llama Paco no gana ni pá tabaco y vive como un Rajá, yo quisiera que lo vieras. Tiene siete guayaberas cuatro trajes de tergal un gabán de canutillo zapatos por los bolsillos y camisas pá regalar. Y en su casa ya no hablemos porque allí tiene de tó, lavadora, secadora, video, termosifón, batidora, aspiradora, mueble-bar, televisión y…una serie de adelantos, que no los nombro de tantos de tantísimos que son. Y es lo que dice cualquiera estará bien colocao, “colocao” esta el que le venda que no paga ni quemao, no es que sea un sinvergüenza es que no paga y… sacabao, si la culpa no es de el la culpa la tiene el plazo y los que quieren vender, los anuncios, los letreros, este que presta dinero, y el que se deja querer… Parece una extravagancia y es una forma de ver que ha impuesto la circunstancia, hoy se vive de una forma distinta a la del pasao y… hay que tomarse por norma, que pá vivir de esta forma, hay que vivir entrampao. Que nadie diga que se asusta que es muy bonita una trampa, por lo menos ami me gustan será porque tengo tantas… Nada se compra al contao nada en dinero sonante todo se compra aplazao no importa estar entrampao se compra, que es lo importante y aunque le parezca raro no se compra lo barato que se compra de lo caro, yo quiero comodidades y si dan facilidades pos pá que te voy hablar parece una tonteria pero es lo que dice mi tia total veinte eurillos mas. Mi tía si que chamela y sabe llevar una casa, que tiene quince “jiteros” y los paga con dineros que “esgarbilla” de la plaza, así esta mi tío, aburrio, esmayao, con gana de que lo maten, que desde que se ha casao come trampas con tomate. Y el mundo… que cualquier día se abre como una sandia por la China o el Vietnam y te pegan la alegría que de to lo que debías no tienes que pagar na. y ahora que estamos hablando los chinos se están armando, tienen bombas y cañones y no son ocho ni diez que son mas de mil millones. Aquello se esta ensanchando y como caber no caben, mas de la mitad se ”piran” así que… comprando, que ya mismo están entrando los chinos por Algeciras. A mi casa que no vengan si soy yo quien la maneja, que bastantes “chinos” vienen con un kilo de lentejas, pero por si ocurre acaso, compra mucho y compra a plazos, ojo a la raza amarilla y a to lo que compres tu, y si vienen por Sevilla y queda una cuentecilla, que la pague Fu manchú!!!!!. |
salud..
|
LAS CUATRO SANGRES
La gran obra de Noé dicen que fue la del arca…. Puede ser… mas, para mi, lo mejor del patriarca es que plantara la viña y los vinos inventara y el fuera el hombre primero que cogió tan buena “tranca” que hizo reír a los hijos cuando vieron con la facha que se quedó el pobrecillo por alzar tanto la manga. El pitorreo de los hijos fue como una bofetada. Los puso verdes a todos, les dijo hasta marranadas, les soltó unas palabrotas que no quiero ni mentarlas. Y, aunque los hijos dijeron: <¡Papaíto que te pasa!> Noé con la borrachera los dejo que daban lastima. Pero, bueno… a lo que íbamos, que Noé con arte y maña, trajo el invento que mas alegra en el mundo el alma, el cuerpo, la sangre, todo llena de ritmo su gracia. Caldo luminoso y hondo que, en aquel tiempo regara Noé con las cuatro sangres de cuatro alegres matanzas: Sangre de tierno cordero, la del león ¡sangre brava! Sangre de mono gracioso, sangre del cochino…y ¡hala! con estas cuatro sangrías la viña quedó regada. Tienen por eso los vinos, cuando son vinos de casta, la influencia de estas sangres desde aquel día de marras. Por lo cual quien bebe vino, cuando se toma unas cuantas copas se siente cordero y con ternura nos habla y nos sonríe y nos da palmaditas en la espalda. En fin, un cielo, mas luego, cuando mas copas se traga… se siente león… ¡y ruge por un quítame esas pajas! Y cuando esta medio curda hace el mono, hace la rana, y hace que nadie le aguante sus meteduras de pata. Y lo malo es al final, cuando pasa de la raya, cuando empapado en vino se tambalea, se agarra, estornuda, tose, escupe, casi el cigarro se traga, se pee, se ríe, se mea y vomitando se marcha. ¡Ese tío es un cochino! dice la gente que pasa. Cosas del vino son estas que no debiera olvidarlas nadie que del vino guste, como los canones mandan, y la Historia lo demuestra y aquí el poeta lo canta. Las cuatro sangres son muchas, y con una sola basta para no perder el ritmo, el equilibrio, la gracia, y decir:<¡Va por ustedes!> ¡¡Y viva Noé, el del Arca!! |
TENGO EL CABALLO A LA PUERTA
Tengo el caballo a la puerta, ¿te quieres venir conmigo?. Yo no te obligo. Sólo te brindo ocasión de darte en mi soledad una casa, un corazón y un cariño de verdad. ¿Qué no quieres…? Allá penas. Mientras yo tenga en mis venas sangre de piropo y ronda; mientras, por mas que se esconda, no haya mujer que resista este pase de conquista de los vuelos de mi capa; mientras la flor que se tapa con clavel y celosía se asome a verme pasar pensando en la Vicaría; y mientras de par en par se abran a mi reclamo el corazón donde llamo y la boca donde toco… a mi se me importa poco que quieras o que no quieras ser dueña de mi fortuna. Hay mucha espiga en las eras para pensar sólo en una Y mira lo que te digo: un día deje la luna porque no quiso venir conmigo. Y no me costó ninguna fatiga romper cadenas. Con esto quiero decir que a ti, que no eres la luna, me costará menos pena dejarte, si lo prefieres. Me sobran a mí mujeres. De modo que tú dirás; si me das el sí, tendrás beso blando, brazo fuerte, casa, cariño y corona y, si es preciso, mi muerte por defender tu persona. ¿Qué no quieres…? No hay que hablar de olvidos ni sufrimientos: que tengo yo muchos vientos por donde poder volar. Y me iré calle adelante, sin fatiga y sin desplante, con una copla de mayo saltando en el corazón mientras me acompaña el son el paso de mi caballo: -Voy a la esquina a cambiar por una rosa otra rosa, y a ver quien lo va a notar; que si una rosa es hermosa… la otra… no se queda atrás En fin; no quiero hablar más de lo que ya no precisa más explicación. Mi corazón va deprisa y no le gusta perder tiempo en la conversación, mientras se pueda entender a besos por los balcones, Y, torero sin fracaso, pueda torear al paso cinturas y corazones. Ya lo sabes; junto al río tengo un huerto de limones Y un arroyito de frío que va sembrando canciones. Y en la loma tengo un blanco caserío como una blanca paloma que se asoma para beber en el río Y entre arrayán y romero un beso sin estrenar que está diciendo “me muero” porque no puede aguardar. Y creciendo junto a una rosita sin jardinero tengo la flor de un “te quiero” para tu pelo de luna Todo esto, junto al río, en mi cabaña desierta Piénsalo bien, amor mío… Tengo el caballo a la puerta. |
COMO A NADIE
Yo te quiero con locura... ¿verdad que si?...¡Tu lo sabes! ¡Y tu también me quisiste... como a nadie! Cuando pienso,(porque pienso sin sosiego, delirante) en el negror de tus ojos, en flor de palios de altares con sombras de nazareno no se si dejar de amarte. Dejar de amarte a mi modo, vamos... sin saberlo nadie mas que tu... tu, y el Divino Piadoso, en la cruz sangrante. Cuando pienso que en mis manos se resbalaban tus carnes morenas de trigo limpio, y que supe respetarte, me crezco de ser mas hombre y de mi altivo linaje. ¡Puedes creerlo gitana! ¡gitana de mal árate! ¡Que aunque en tus besos me dieras por dulzor, hiel y vinagre, yo, aún te quiero con locura... ¡¡como a nadie!! Que a nadie puedo culpar de esta cegacion tan grande. Solo yo la culpa tengo, solo yo que a compararte llegué con aquella santa de la pobre de mi madre, y tu... fuiste engañosa gitana de mal árate, pero...escucha, ¡¡yo, no te odio!! ¡¡Con eso, tienes bastante!! Y aun más...te sigo queriendo... ¡¡¡ como a nadie !!! |
salud..
|
LA CASADA INFIEL
Y que yo me la llevé al rió creyendo que era mozuela... ¡¡pero tenia mario!!... Fué una noche de Santiago y casi por compromiso, se apagaron los faroles y se encendieron los grillos. En las ultimas esquinas toqué sus pechos dormíos y se me abrieron de pronto como ramos de jacintos. El almidón de su enagua sonaba en mis oídos como una pieza de seda rasgada por mil cuchillos. Sin luz de plata en las copas los árboles han creció, y un horizonte de perros ladra muy cerca del rió. Pasadas las zarzamoras los juncos y los espinos, bajo su mata de pelo hizo un hoyo sobre el lino. Yo me quité el sombrero, ella se quitó el vestio, yo un cinturón con revolver, ella, sus cuatro corpiños. Ni nardos ni caracolas tienen el cutis tan fino, ni los cristales con luna relumbran con tanto brillo. Aquella noche corrí el mejor de los caminos montado en potra de nácar sin bridas y sin estribos. Sus muslos se me escapaban como peces sorprendios la mitad, llenos de fuego, la mitad, llenos de frío. No quiero decir, por hombre, lo que aquella mujer me dijo. La luz del entendimiento me hace ser muy comedido... Sucia de besos y arena yo me la llevé al rió... ¡¡Con el aire se batían las espadas y los lirios!!... Me porte como quien soy, como un gitano legitimo. La regalé un costurero raso, de seda pajizo, y no quise enamorarme porque teniendo mario, ¡¡me dijo que era mozuela cuando la llevaba al rió!!. |
LA DONACION DE MIS ORGANOS ...
Quiero el día que yo muera poder donar mis riñones, mis ojos y mis pulmones. Que se los den a cualquiera. Si hay un paciente que espera por lo que yo ofrezco aquí espero que lo hagan así para salvar una vida. Si no puedo respirar, que otro respire por mí. Donaré mí corazón para algún pecho cansado que quiera ser restaurado y entrar de nuevo en acción. Hago firme donación y que se cumpla confío antes de sentirlo frío, roto, podrido y maltrecho que lata desde otro pecho si ya no late en el mío. La picha yo donaré, que se la den a un caído y levante poseído el vigor que disfruté. Pero pido que después se la pongan a un jinete, de los que les gusta brete. Sería eso una gran cosa yo descansando en la fosa y mi picha dando fuerte. Entre otras donaciones me niego a donar la boca. Pues hay algo que me choca por poderosas razones. Sé de quién en ocasiones habla mucha bobería; chupa lo que no debía y prefiero que se pierda antes que algún comemierda mame con la boca mía. El culo no donaré, pues siempre existe un confuso que pueda darle mal uso al culo que yo doné. Muchos años lo cuidé lavándomelo a menudo. Para que un cirujano boludo en dicha trasplantación se lo ponga a un maricón y muerto me den por el culo. |
PENA Y ALEGRÍA DEL AMOR
Mira cómo se me pone la piel cuando te recuerdo. Por la garganta me sube un río de sangre fresco de la herida que atraviesa de parte a parte mi cuerpo. Tengo clavos en las manos y cuchillos en los dedos y en mi sien una corona hecha de alfileres negros. Mira cómo se me pone la piel ca vez que me acuerdo que soy un hombre casao y sin embargo, te quiero. Entre tu casa y mi casa hay un muro de silencio, de ortigas y de chumberas, de cal, de arena, de viento, de madreselvas oscuras y de vidrios en acecho. Un muro para que nunca lo pueda saltar el pueblo que anda rondando la llave que guarda nuestro secreto. ¡Y yo sé bien que me quieres! ¡Y tú sabes que te quiero! Y lo sabemos los dos y nadie puede saberlo. ¡Ay, pena, penita, pena de nuestro amor en silencio! ¡Ay, qué alegría, alegría, quererte como te quiero! Cuando por la noche a solas me quedo con tu recuerdo derribaría la pared que separa nuestro sueño, rompería con mis manos de tu cancela los hierros, con tal de verme a tu vera, tormento de mis tormentos, y te estaría besando hasta quitarte el aliento. Y luego, qué se me daba quedarme en tus brazos muerto. ¡Ay, qué alegría y qué pena quererte como te quiero! Nuestro amor es agonía, luto, angustia, llanto, miedo, muerte, pena, sangre, vida, luna, rosa, sol y viento. Es morirse a cada paso y seguir viviendo luego con una espada de punta siempre pendiente del techo. Salgo de mi casa al campo sólo con tu pensamiento, para acariciar a solas la tela de aquel pañuelo que se te cayó un domingo cuando venías del pueblo y que no te he dicho nunca, mi vida, que yo lo tengo. Y lo estrujo entre mis manos lo mismo que un limón nuevo, y miro tus iniciales y las repito en silencio para que ni el campo sepa lo que yo te estoy queriendo. Ayer, en la Plaza Nueva, —vida, no vuelvas a hacerlo— te vi besar a mi niño, a mi niño el más pequeño, y cómo lo besarías —¡ay, Virgen de los Remedios!— que fue la primera vez que a mí me distes un beso. Llegué corriendo a mi casa, alcé mi niño del suelo y sin que nadie me viera, como un ladrón en acecho, en su cara de amapola mordió mi boca tu beso. ¡Ay, qué alegría y qué pena quererte como te quiero! Mira, pase lo que pase, aunque se hunda el firmamento, aunque tu nombre y el mío lo pisoteen por el suelo, y aunque la tierra se abra y aun cuando lo sepa el pueblo y ponga nuestra bandera de amor a los cuatro vientos, sígueme queriendo así, tormento de mis tormentos. ¡Ay, qué alegría y qué pena quererte como te quiero! |
TU OLFATO DE HEMBRA
Tu olfato sensible de hembra, te dice que te necesito. Pues amar no es un delito y no es pecado la siembra. Todo lo roto se enmienda, amando hasta el infinito. Con chispas de cortocircuito Todos los hielos deshielan Mi espíritu al tuyo vuela, Mi alma a tu sexto sentido ¿No te explican mis latidos que tu contacto consuela? Brillas como una estela. Conectas como adhesivo. Tu olfato es muy intuitivo. No haré nada que te duela. Cuando tu olfato me huela sentirás el amor que despido. Sabrás que me has poseído gracias a tu olfato de hembra. |
POEMA DEL AMOR IMPOSIBLE
Esta noche pasaste por mi camino y me tembló en el alma no sé qué afán, pero yo estoy consciente de mi destino que es mirarte de lejos y nada más. No, tú nunca dijiste que hay primavera en las rosas ocultas de tu rosal. Ni yo debo mirarte de otra manera que mirarte de lejos y nada más. Y así pasas a veces tranquila y bella, así como esta noche te vi pasar. Más yo debo mirarte como una estrella que se mira de lejos y nada más. Y así pasan las rosas de cada día, dejando las raíces que no se van. Y yo con mi secreta melancolía de mirarte de lejos y nada más. Y así seguirás siempre, siempre prohibida, más allá de la muerte, si hay más allá. Porque en esa vida, si hay otra vida, te miraré de lejos y nada más... |
RETO
Si porque a tus plantas ruedo como un idiota rendido, y una mirada te pido con temor, casi con miedo; si porque ante ti me quedo estático de emoción, piensas que mi corazón se va en mi pecho a romper y que por siempre he de ser esclavo de mi pasión; ¡te equivocas, te equivocas!, fresco y fragante c apullo, yo quebrantaré tu orgullo como el minero las rocas. Si a la lucha me provocas, dispuesto estoy a luchar; tú eres espuma, yo mar que en sus cóleras confía; tu me haces llorar; pero un día yo también te haré llorar. Y entonces, cuando rendida ofrezcas toda tu vida perdón pidiendo a mis pies, como mi cólera es infinita en sus excesos, ¿sabes tú lo que haría en esos momentos de indignación? ¡Arrancarte el corazón para comérmelo a besos! |
SALUD..
|
SOLEA DEL AMOR GENEROSO
"Todo es cuestión de hidalguía: tú me lo negaste todo yo te di cuanto tenía. " Ni un suspiro a mi cuidado contestando a mi suspiro; fuiste de duro zafiro siendo de vidrio quebrado. Ni un rosal viejo y gastado merecí de tus antojos; sólo me diste despojos de tu zarzal y tu roca que me sangraron la boca y me cegaron los ojos. Ni una mirada siquiera ni una palabra sencilla, ni siquiera la semilla de una sonrisa ligera. Cuando yo te daba entera mi flor de luna y de todo tú... pagabas a tu modo, y así, mientras mi hidalguía te daba cuanto tenía, te di mi templo y mis ritos, mi boca llena de gritos, mis ojos llenos de llanto, te di tanto... ¡tanto, tanto! que darte más no podía, y cuando ya no había nada en casa que pidieras, yo para que no dijeras tú me lo negabas todo. ¿Qué te di? ¡Nada...! ¡Nada! Mi beso recién comprado y en la fragua del costado una hoguera desbocada. Te di mi huerta cercada llena de rosas y lirios, te di la voz y los cirios de mis noches en desvela, y un corazón sin cancela roto de tantos martirios. Te di mi risa y mi canto, te di la casa vacía. Pero... ¿para qué te digo cosas que no han de llegarte? Caña frágil que se parte no entiende de mi buen trigo, y ya ves: ni te maldigo. ¿Para qué? Desde aquel día, tu bajeza y mi hidalguía se definen de este modo: Tú me lo negaste todo, yo te di cuanto tenía. |
YO ME CASE POR LA IGLESIA
Yo me casé por la iglesia, me casé como Dios manda: un ramito de azar mustio sobre la solapa santiguando los pecados de un hombre que apunta canas. Ella vestida de blanco ¡pureza certificada! Un alfombra hasta la puerta, órgano, misa, campanas, y un anillo de oro con una fecha grabada. Pero fue lo que Dios quiso por esa cosas que pasan entre hombres y mujeres que nadie puede explicarlas. Ella torció su camino de la noche a la mañana... no sé si fueron razones o fue un cariño que abraza; pero a nadie...a nadie deseo ese tormento que mata. La duda entre ceja y ceja como un cuchillo clavada, viendo irse de las manos algo que se nos escapa. Nunca le hice reproche ni le dije una palabra, pero yo lo presentía, que el corazón nunca engaña; y un día.....nos separamos y aquí la historia se acaba. Y más solo que la una me quedé solo en mi casa con un silencio de muerte y las puertas empestilladas. Lo que pasé, Dios lo sabe, hay penas que nunca se acaban. Un día encontré a la otra.... ¡La otra!... esa palabra que sin tener filo muerde y sin ser cuchillo mata. La otra.....una mujer de la calle con un corazón de oro y una vergüenza en la cara.... Un cariño recio y hondo fuerte como una muralla trabajadora y sencilla, alegre, risueña, casta; leona pá defenderme y una hormiga pá la casa. ¡Y a esa le llaman la otra! como una espina que daña... ¡y es la que sufre conmigo y es la que seca mis lágrimas y se funde en mi alegría igual que el oro en la fragua! ¡Sí...yo me casé por la Iglesia me casé como Dios manda...! Ella vestida de blanco... "pureza certificada..." La otra...ni se ha vestido de blanco ni le han tocado campanas ni le han prendido azahares que a ella no le hacen falta para ser pura y sencilla como una fuente sellada... Y aunque la llamen "la otra" yo sé que es la mía ¡y basta! Pero que nadie la toque, nadie diga una palabra que pueda ofender su nombre; que nadie intente humillarla, que me juego de hombre a hombre y me mato cara a cara con quien sea y donde sea. Que si no tiene un anillo con una fecha grabada, yo le he regalado uno con besos limpios, sin mancha, y la he vestido de novia con rayos de luna blanca... Y aunque no es mi señora ni le han tocado campanas ni le han prendido azahares Me quiere......¡como Dios manda! |
LAS "INCOMPRENDIDAS" DEL MUNDO
Esta bien que la mujer tenga mando y lo quiera conseguir, pero yo tengo que decir con el animo dispuesto: y nosotras que? thss, thss, thss, protesto. Pido que se nos encuadre que estamos discriminadas, y de eso nada monada que somos ciento y la madre, por eso hay que decidirse que estamos muy repartías, gritando con alegría…. Incomprendidas a unirse. Porque haber por que razón vamos a estar marginadas, de eso nada Valentín que te tiro el calcetín, un poquito de respeto que yo con nadie me meto, y lo único que pido es que se cuente conmigo que yo pago mis impuestos, faltaría más!!! thss, thss, thss, protesto. Con esto de la igualdad nos hundimos como el plomo, como dicen que no somos ni chicha ni limoná, no estoy dispuesta a escuchar lo que escuche el otro día. Iba yo en el autobús, que iba repleto de gente, una mujer frente mía, frena el coche de repente, le da un hombre un empujón (sin querer seguramente) y dice aquella mujer con una gran dignidad: Por Dios que barbaridad esto es que no tiene nombre, deberían de poner un autobús de mujer y otro autobús pá los hombres. Con un detalle tan guarro no me pude contener, y dije… y nosotras que??? nosotras en un motocarro??? por que hay que aguantar tó eso? es que no tengo razón? thss,thss,thss protesto. Puestas a barrer, barremos, puestas a fregar, fregamos, puestas a coser, cosemos, puestas a bailar….. no hablemos. Aunque si reconocemos que con tantas como “semos” somos poco deportistas nos gusta mas lo…. artista!!! aunque un deporte tenemos jijijij el deporte de la vida. Por eso no me recato, me pongo como me he puesto y saco los pies del plato, y no me cayo, thss, thss, thss protesto!!!!! |
LOS BESOS QUE TE DI
* Aunque entres en una alberca de agua fría y arrayanes que tenga disuelta dentro columnas, estrellas y aires; aunque con buriles nuevos acuñen nueva tu imagen, y un sayón bartolomeo piel a túrdigas te arranque; aunque nacieras de nuevo en el vientre de tu madre y el Padre Santo de Roma de nuevo te acristianase, los besos que yo te di no te los quitará nadie, que vas reluciendo besos pregonando su linaje, brillando y oscureciendo como una luna en dos fases que nunca mata el creciente porque no quiere el menguante. La saliva de mis besos no se te pegó a la carne. Si se te hubiera pegado arrancarla, fuera fácil y pisotearla luego, cosas de buenos amantes; pero no fue pegadiza, no fue postura de traje que en una feria, se compra y en otra feria, se añade, y cuando pasa, se cambia conforme cambia el paisaje, como un catorce de mayo que no quiere sofocarse. La saliva de mis besos te cimentó, la raigambre, la respiraron tus huesos, la comieron tus ijares te clareó las entrañas, te hizo crecer y esponjarte como crecen y se esponjan los chopos al agua fácil; lo canijo de tu vida tuvo un apoyo de jaspe: mis besos; el hambre tuyo dejó de ser malas hambres con mis besos; el horizonte sin causa, tuvo su lumbre. Tu palabra sin engarce tuvo gramática, ¡besos!, que son, más que besos, frases de un evangelio de lumbre con nuestras dos iniciales. Ahora di: ¿Qué tienes tú que no estuviera unido, unido a mis besos antes. Eras cañamazo torpe, hilaza que se deshace y en los labios tuve agujas divinas para bordarte, de la camisa al pañuelo, desde el tuétano a la carne. Que tu eras humo dormido que no acierta a despejarse, y yo te mostré mi joyel en ese fanal de besos altos, densos, claros, graves y dentro de él relucías -tú, que eras tristeza mate-, como reluce una hostia que acaba de consagrarse, que es pan y no es pan, porque se amasó de eternidades. Anda, quítate mis besos, date alquitrán y vinagre, entra en un río de greda o en una selva de sables, busca otros besos que pongan a los míos antifaces. Qué habrías de conseguir? Di, si habrían de machacarte y en el polvo de tus huesos estarían mis señales. El agua se irá burlada, la lumbre quemará en balde, se mellarán las navajas, caerán las caretas fáciles, te señalarán cien dedos, dianas de los cobardes, te gastarás, en mentidos esfuerzos de escaparte a aun allí, estarán mis besos, fundidos en tu raigambre. Y hasta el día que la tierra con otra tierra te tape, por debajo del montón mis besos han de notarse, vivos, aunque te hayas muerto, nuevos, aunque tú los gastes, calientes, aunque te enfríes, verdad, aunque los negaste, para que Dios te conozca por lo bizarro del traje y sean los besos míos al cabo, los que te salven. |
salud..
|
TUS CINCO TORITOS NEGROS
Contra mis cinco sentíos, tus cinco toritos negros: torito negro tus ojos, torito negro tu pelo, .. torito negro tu boca, torito negro tu beso, y el más negro de los cinco tu cuerpo, torito negro. Barreras puse a mis ojos, tus ojos me las rompieron. Barreras puse a mi boca, tu boca las hizo leño. Puse mi beso en barreras, tu beso las prendió fuego. Barreras puse a mis manos, las hizo sombra tu pelo. y puse barreras duras de zarzamora a mi cuerpo, y saltó sobre las zarzas el tuyo, torito negro. ¡Deja, que no quiero verte! ¡Déjame, que no te quiero! Y luego monté mis ojos sobre un caballo de miedo; tus ojos me perseguían como dos toritos negros. y luego metí mis manos bajo un embozo de fuego; ...tu pelo se me enredaba igual que un torito negro. y luego junté mi boca' contra la cal de mi encierro; ...tu boca estaba acechando igual que un torito negro. y luego mordí mi almohada para contener mi beso; tu beso me corneaba igual que un torito negro. y luego arañé mi carne, de tentación y deseo, para que no gritara que yo te estaba queriendo; y tu cuerpo encandilado mimbre, luna, bronce y fuego se me plantó ante mis ojos igual que un torito negro. ¡Deja, que no quiero verte! ¡Déjame, que no te quiero! El aire del cuarto estaba temblando con tu recuerdo. Cien caballos en mis venas, al galope por mi cuerpo; y yo, jinete sin rienda, luchando por contenerlos. Cien herreros en mi boca, trabajando con mis besos, y yo queriendo ser fragua para poder deshacerlos. Cien voces en mi garganta gritándome que te quiero, y yo, ¡mentira infinita!, gritando que no te quiero. Salí a por aire al balcón... me tropecé con el cielo; aquel cielo quieto y hondo, verde, blanco, azul y negro, igual que el de aquella noche de nuestro primer encuentro, en que me hirieron al paso tus cinco toritos negros. Y me acordé de aquel aire que jugaba con tu pelo como un niño a quien le gustan los caracolillos negros. Y me acordé de aquel rayo de luna, fino y torero, que puso dos banderillas de luz en tus ojos negros. Y de aquel dolor de labios que nos quedó de aquel beso, y de aquel dolor de brazos, y de aquel dolor de huesos y de aquella caracola de amor, que quedó por dentro con un mar de amor dormido; " ¡que te quiero!, ¡que te quiero!" y se me escapó la voz..,; grité: " ¡Te quiero!, ¡te quiero!" Y ya no junté mi boca contra la cal de mi encierro, y ya no mordí mi almohada para contener mi beso, y ya no arañé mi carne de tentación y deseo. Pegué mi boca a tu boca, junté mi beso a tu beso, y otra vez aquel dolor de cintura, brazo y huesos... pensando en aquella noche de nuestro primer encuentro. ¡Te quise siempre! ¡Te quise! ¡Te quiero siempre! ¡Te quiero! Aunque no puedo quererte, ¡te quiero!. Aunque no debo quererte, ¡te quiero! Aunque en cunas de tu casa se está meciendo un almendro ¡te quiero! Aunque yo tengo dos lirios que se me cuelgan del cuello, ¡te quiero! y aunque ponga mis barreras de zarzamora y sarmiento para que nunca la salten tus cinco toritos negros: torito negro tus ojos, torito negro tu pelo, torito negro tu boca, torito negro tu beso, y el más negro de los cinco tu cuerpo, torito negro. ¡Te quise siempre! ¡Te quise! ¡Te quiero siempre! ¡Te quiero! |
CON LA SIMPLE PALABRA
* Con la simple palabra de hablar todos los días, que es tan noble que nunca llegará a ser vulgar, voy diciendo estas cosas que casi no son mías, así como las playas casi no son mar. Con la simple palabra con que se cuenta un cuento, que es la vejez eterna de la eterna niñez, la ilusión, como un árbol que se deshoja al viento, muere con la esperanza de nacer otra vez. Con simple palabra te ofrezco lo que ofreces, amor que apenas llegas cuando te has ido ya: Quien perfuma una rosa se equivoca dos veces, pues la rosa se seca y el perfume se va. Con la simple palabra que arde en su propio fuego, siento que en mí es orgullo lo que en otro es desdén: Las estrellas no existen en las noches del ciego, pero, aunque él no lo sepa, lo iluminan también. Y así, como un arroyo que se convierte en río, y que en cada cascada se purifica más, voy cantando este canto tan ajeno y tan mío, con la simple palabra que no muere jamás! |
EL CHEQUE
Desde que lo inventaron los elegantes cobrar mediante un cheque es preocupante, el miedo es hondo, porque nunca se sabe si va haber fondos. La forma de cobrarlo es bien sencilla se mete usted en el banco y... a ventanilla, le dan un numerito, y a esperar que le llamen pasao un ratito. En un banco del banco usted se sienta a esperar que comprueben si tiene cuenta, y... en forma muda, se va usted preguntando con cierta duda. Pues no quiero ni desde luego pensar en eso pero mira que si el tío estuviera "tieso", voy a echar tabaco, pa ver si asi fumando se pasa el rato. La mirada no aparta ni una mijilla de donde esta el cajero y la ventanilla, y va pensando, pues mucho me parece que esta tardando. Y dice mentalmente en un arrebato me devuelven el cheque y es que lo mato, aquí no hay dinero, y de aquí sale "endiñao" hasta el cajero. Entonces oye que anuncian el treinta y nueve el suyo es el cuarenta, usted ni se mueve, y un lío enorme, el de alante no cobra que no es conforme. Ay mama de mi arma que día funesto que si algo me faltaba era ver esto, pero es que hay gente.... capaz de firmar un cheque sin remanente. Y es en ese momento tan oportuno cuando dice el cajero el cuarenta y uno, y usted revienta, oiga usted que a pasao con el cuarenta. El cajero comprende su bulla y prisa y aunque frío y sereno lo tranquiliza, no ha pasao na, es que mientras no lo traigan no puedo pagar. Pami que este cajero tiene "mandanga" es de los que le cuesta dar la "telanga", una manía, pues no tengo yo el cuerpo pa tonterías. Por fin llega el momento que maravilla por poco si se mete en la ventanilla, y ese cajero, que contante y sonante le da el dinero. Ay que respiro madre ay que respiro que ya tengo la “tela” que ya me piro, y... con la "guita" mientras sale del banco recapacita. porque estaba intranquilo porque dudaba si yo sabia que Pepe no me fallaba, si ahí hay dinero, y hay que ver lo agradable que es el cajero. Sin envalgo aunque me digan desconfiao de hoy en adelante cobro al contao, y en pesetillas, y si es que no hay pesetas en calderilla. En calderilla madre en calderilla, que tiene mucha "guasa" la ventanilla. |
SALUD,
|
QUIERO SER EN TU VIDA
Quiero ser en tu vida algo más que un instante, algo más que una sombra y algo más que un afán. Quiero ser, en ti misma, una huella imborrable un recuerdo constante y una sola verdad. Palpitar en tus rezos con temor de abandono. Ser, en todo y por todo, complemento de ti. Una sed infinita de caricias y besos; pero no una costumbre de estar cerca de mí. Quiero ser en tu vida una pena de ausencia un dolor de distancia y una eterna ansiedad. Algo más que una imagen, y algo más que el ensueño que venciendo caminos, llega, pasa y se va. Ser el llanto en tus ojos, y en tus labios la risa. Ser el fin y el principio, la tiniebla y la luz, y la tierra, y el cielo; y la vida y la muerte. Ser, igual que en mi vida, has venido a ser tú. |
SALUD..
|
ROMANCE DE LA VOZ EN LA SANGRE
Fue hacia la tercera luna cuando lo sintió en los centros. Estaba sobre la hierba, tumbada de cara al cielo -viendo la tarde morirse sobre sus ojos abiertos- cuando notó en la cintura como un pájaro pequeño, que aleteó por lo oscuro de su vientre unos momentos, y luego vino a pararse sobre su talle, en silencio... Fue hacia la tercera luna cuando lo sintió en los centros... Un ¡ay! de gozo y asombro y otro de duda y recelo salieron de su garganta. Las palomas de su pecho se erizaron de blancura, y un temblor de alumbramiento sacudió de sur a norte todo el mapa de su cuerpo e hizo crujir entre sombras las ramas de su esqueleto... En un brinco de gacela se ha levantado del suelo y ha echado a andar lentamente por la vereda de cedros. Parece tallada en tierra la cara de Sacramento. -Iré a ver a la Jacinta lo mismo que otras lo hicieron... Ella conoce las plantas y sabrá darme el remedio... -¿No te da pena matarme antes de nacer...? ¡Qué miedo le dio al escuchar la voz que le salía al encuentro, envuelta en hilos de sangre cortando su propio aliento! -¿Quién eres que así me hablas...? -Ahora, nadie... casi un sueño; mañana, si tú me dejas, un hombre de cuerpo entero... -¿Y qué voy a hacer, mi niño? -Parirme como un almendro en la mitad de la cama con las entrañas ardiendo. -¿Pero y mi honra? -Tu honra la limpiaré con mis besos: las madres después del parto quedan igual que un espejo... -Pero me faltan seis meses, seis plenilunios completos frente a los ojos que miran y las bocas de veneno. -¿Y a ti qué te importa nadie? Ponte delante del pueblo y escúpele la belleza de llevar un hijo dentro. -¡Temo a las lenguas cobardes! -Y en cambio no te da miedo ir a buscar una planta de sombra -flor de silencio-, para derramar mi vida por el primer sumidero y que no quede del hijo ni una fecha ni un recuerdo... -¡Calla! -No puedo callarme. Una perra no haría eso: me lamería los ojos hasta que los fuera abriendo... Pondría mi piel suave lo mismo que el terciopelo y luego ya, sin saliva, con los dientes en acecho, se tumbaría a mi lado hecha un río dulce y tierno, para que yo la dejara hasta sin cal en los huesos. -¡Por Dios! -Por Él, yo te pido que no me dejes sin cielo. Corta sábanas de holanda; borda pañales de céfiro; aprende nanas azules y planta naranjos nuevos..., y cuando me hayas parido como a un torito pequeño, abre puertas y ventanas, que me contemplen durmiendo lo mismo que un patriarca en el valle de tus pechos... La voz se apagó en la sangre; la cara de Sacramento parece como de barro de oscura que se le ha puesto, y con sus manos sin pulso se toca el vientre moreno... ¡Ay qué monte de alegría! ¡Qué rosal al descubierto! ¡Qué luna bajo la falda! ¡Qué lirio de tallo inquieto! -¡Yo te juro, amor -mi niño-, por mis vivos y mis muertos, que te he de parir un día sonámbula de contento, aunque me escupan a una todas las lenguas del pueblo! |
ARMONÍA DE LA PALABRA Y EL INSTINTO
Todo fue maravilla de armonías en el gesto inicial que se nos daba entre impulsos celestes y telúricos desde el fondo de amor de nuestras almas. Hasta el aire espigóse en levedades cuando caí rendida en tu mirada; y una palabra, aún virgen en mi vida, me golpeó el corazón, y se hizo llama en el río de emoción que recibía, y en la flor de ilusión que te entregaba. Un connubio de nuevas sensaciones elevaron en luz mi madrugada. Suaves olas me alzaron la conciencia hasta la playa azul de tu mañana, y la carne fue haciéndose silueta a la vista de mi alma libertada. Como un grito integral, suave y profundo estalló de mis labios la palabra; Nunca tuvo mi boca mas sonrisas, ni hubo nunca más vuelo en mi garganta! En mi suave palabra, enternecida, me hice toda en tu vida y en tu alma; y fui grito impensado atravesando las paredes del tiempo que me ataba; y fui brote espontáneo del instante; y fui estrella en tus brazos derramada. Me di toda, y fundiéndome por siempre en la armonía sensual que tu me dabas; y la rosa emotiva que se abría en el tallo verbal de mi palabra, uno a uno fue dándote sus pétalos, mientras nuestros instintos se besaban. |
salud grande..
|
ROMANCE DEL VAMPIRO CAÑÍ.
¿Porque no nací en los Cárpatos, serrana, vas y te quejas? Yo no soy como esos condes de Moravia y de Bohemia, que salen de su ataúd en las noches de tormenta, de fraque, de guante blanco y capa de seda negra; como si pa chupar sangre se exigiese la etiqueta. Yo voy con traje campero, con faja color adelfa, con sombrero de ala ancha, con mi clavel en la oreja, y un puro, cuya vitola dice-. «Romeo y Julieta», los nombres de los amantes que palmaron en Florencia. ¿Porque no nací en los Cárpatos, serrana, vas y te quejas? Soy vampiro de cortijo, una raza que se templa con la lima de los cardos, jaramagos y chumberas, pero cuando hay que actuar y succionarle al que sea la yugular, la carótida o cualesquiera otra vena, uno, que tié educación le dice antes a su presa: « ¡Va por usted! » ¡Y a chupar, porque eso siempre alimenta! Y sí se encuentra delante gente fina y de la crema, le pregunto: «¿Ustedes gustan?» ¡Lo que manda la decencia!, no como otros, que aparecen de pronto tras de una reja, se arrojan sobre su víctima, y ¡hala!, a chupar a lo bestia. ¿Porque no nací en los Cárpatos, serrana, vas y te quejas? A mí no tié que enseñarme nadie que venga de fuera, porque incluso en el verano, cuando la calor aprieta, cuando pillo algún pescuezo, pa refrescarme, morena, chupo, para que te enteres, con una paja horchatera. De casta le viene al galgo, y a mí, de Sierra Morena, que es donde mi abuelo Curro asaltó una diligencia, y en vez de robar alhajas y desvalijar maletas, le dio un bocao en la nuca a una señora de Cuenca. Vampiros fueron mis padres; vampira, mi tía Enriqueta, y una hermanita que tengo, que es igual que una muñeca, vampirita es la criatura, y aunque por su edad no opera, por quedar bien y chupar, chupa un piruli de menta. ¡Si hasta a mi primilla Angustias, que es un pedazo de hembra, le tira el chupopterismo... Vamos, según dice ella, porque si no, no sé qué hace paseando por la acera y moviendo mucho el bolso las noches de luna llena. ¿Porque no nací en los Cárpatos, serrana, vas y te quejas?!!!!!!! |
CONFIANZA
Mientras haya alguna ventana abierta, ojos que vuelven del sueño, otra mañana que empieza. Mar con olas trajineras —mientras haya— trajinantes de alegrías, llevándolas y trayéndolas. Lino para la hilandera, árboles que se aventuren, —mientras haya— y viento para la vela. Jazmín, clavel, azucena, donde están, y donde no en los nombres que los mientan. Mientras haya sombras que la sombra niegan, pruebas de luz, de que es luz todo el mundo, menos ellas. Agua como se la quiera —mientras haya— voluble por el arroyo, fidelísima en la alberca. Tanta fronda en la sauceda, tanto pájaro en las ramas —mientras haya— tanto canto en la oropéndola. Un mediodía que acepta serenamente su sino que la tarde le revela. Mientras haya quien entienda la hoja seca, falsa elegía, preludio distante a la primavera. Colores que a sus ausencias —mientras haya— siguiendo a la luz se marchan y siguiéndola regresan. Diosas que pasan ligeras pero se dejan un alma —mientras haya— señalada con sus huellas. Memoria que le convenza a esta tarde que se muere de que nunca estará muerta. Mientras haya trasluces en la tiniebla, claridades en secreto, noches que lo son apenas. Susurros de estrella a estrella —mientras haya— Casiopea que pregunta y Cisne que la contesta. Tantas palabras que esperan, invenciones, clareando —mientras haya— amanecer de poema. Mientras haya lo que hubo ayer, lo que hay hoy, lo que venga. |
TU Y YO
Tú eres la nave...yo soy el puerto tú eres la ola...yo soy el mar tú eres la rosa...yo soy el huerto somos dos cosas sin separar. Yo soy el cuerpo tú eres la vida tú eres el eco... yo soy la voz yo soy la sangre...tú eres la herida tú eres la virgen...yo soy tu Dios. Yo soy la planta...tú la simiente tú eres cariño...yo soy amor yo soy el agua...tú eres la fuente tú eres angustia...yo soy dolor. Yo soy tristeza...tú eres lamento tú eres la suerte y yo el azar tú eres la brisa...yo soy el viento somos dos cosas...sin separar. |
salud..
|
EL CONDE DE ATANOR
En un antiguo castillo de los campos de León, una tarde de verano… Van a oír lo que pasó. Casado con Doña Sancha el conde de Atanor, que se llamaba el buen hombre, Tolomeo Simeón Garrotín y Navafría de los Berros, se entero que mientras andaba fuera de guerrero o cazador, su esposa se la pegaba con uno de Badajoz que vendía alcaparrones. Y aunque esto no le extrañó por saber que era una fresca y coqueta al por mayor, el conde gritó furioso: ¡Por la gloria de Cotón! ¿El honor de un Garrotín pateado? ¡Por favor…! ¡Esto ni un sueco lo aguanta y menos lo aguanto yo, que voy a armar un follin de los de válgame Dios! Y montándose a su jaca con furia la espoleó mientras gritaba: ¡Que asco, que vergüenza y que dolor! De tanto como padezco me va a entrar hasta la tos. Y tosiendo y mascullando, hasta el castillo llegó, mas, con tan mala fortuna que en la puerta se cayó sobre un toro manso y bueno que asustado se escapó dejando el collar en manos del conde de Atanor. El collar tenía un cencerro y el conde con él entró en el patio del castillo haciendo tolón, tolón. ¿Dónde está mi señora? ¿Dónde está quien me engañó? ¿Dónde está que no la veo mirando en su mirador? -¡Aquí me tienes chiquillo!- Doña Sancha respondió, saliendo con un capote color clavel reventón. ¡Esposa sin miramientos! ¡Esposa de la “afición”, que tomo la alternativa el día que se casó! ¿Qué has hecho con tu marido? Di ¿Dónde has puesto mi honor? -No se… Yo no lo he cogido. ¡Mentira! –el conde rugió- ¡Te haces la desentendida con muy poca educación! Mas… Calla, que voy a mirar dentro de tu habitación… ¡No! –Le grito Doña Sancha- La asistenta hoy no barrió y…. hay pelusa. -¡Ya lo sé! Y sin decir más entró en la cámara, con aire que recordaba a Almanzor aquel árabe que era tan barbudo y tan feroz. Registrando, registrando, en el arca registró y, ¡allí estaba, apretadito, casi sin respiración y en pelotas… Aquel hombre, el hombre de Badajoz! -¿Qué hacéis aquí? Grito el conde. Y el otro le respondió: -Ya lo veis… Dando un paseo. -¿Dando un paseo? ¡Ah, perdón! Y el conde ya satisfecho, por la puerta se salió, con el cencerro en la mano haciendo tolón, tolón!!!!! |
CUARTETOS DEL TRANSEÚNTE
Sonríe, jardinera, si en el surco te inclinas y buscas el secreto profundo de las rosas no pienses que las rosas se afean con espinas; sino que las espinas se embellecen con rosas. Jugué al amor contigo, con vanidad tan vana que marqué con la uña los naipes que te di. Y en ese extraño juego, donde pierde el que gana, gané tan tristemente, que te he perdido a ti. Al referir mi viaje le fui añadiendo cosas. Cosas que sueño a veces, pero que nunca digo, y así, donde vi un yermo, juré haber visto rosas. No me culpes, muchacha, que igual hice contigo. Yo sólo pude recordar tu nombre, tú, en cambio, recordaste cada fecha de ayer. Y aprendí que las cosas que más olvida un hombre, son las cosas que siempre recuerda una mujer. Aquí estaba la hierba, viajero de una hora, y, cuando te hayas ido, seguirá estando aquí. Bien poco ha de importarle que la pises ahora sabiendo que mañana nacerá sobre ti. |
DESEOS
Yo quisiera salvar esa distancia ese abismo fatal que nos divide, y embriagarme de amor con la fragancia mística y pura que tu ser despide. Yo quisiera ser uno de los lazos con que decoras tus radiantes sienes; yo quisiera en el cielo de tus brazos beber la gloria que en los labios tienes. Yo quisiera ser agua y que en mis olas, que en mis olas vinieras a bañarte, para poder, como lo sueño a solas, ¡a un mismo tiempo por doquier besarte! Yo quisiera ser lino y en tu lecho, allá en la sombra, con ardor cubrirte, temblar con los temblores de tu pecho ¡y morir de placer al comprimirte! ¡Oh, yo quisiera mucho más! ¡Quisiera llevarte en mí como la nube al fuego, mas no como la nube en su carrera para estallar y separarse luego! Yo quisiera en mí mismo confundirte, confundirte en mí mismo y entrañarte; yo quisiera en perfume convertirte, ¡convertirte en perfume y aspirarte! ¡Aspirarte en un soplo como esencia, y unir a mis latidos tus latidos, y unir a mi existencia tu existencia, y unir a mis sentidos tus sentidos! ¡Aspirarte en un soplo del ambiente, y así verte sobre mi vida en calma, toda la llama de tu pecho ardiente y todo el éter del azul de tu alma! Aspirarte, mujer... De ti llamarme, y en ciego, y sordo, y mudo constituirme, y en ciego, y sordo, y mudo consagrarme al deleite supremo de sentirte ¡y a la dicha suprema de adorarte! |
CONDENA
A trabajos forzados me condena mi corazón, del que te di la llave. No quiero yo tormento que se acabe, y de acero reclamo mi cadena. Ni concibe mi mente mayor pena que libertad sin beso que la trabe, ni castigo concibe menos grave que una celda de amor contigo llena. No creo en más infierno que tu ausencia. Paraíso sin ti, yo lo rechazo. Que ningún juez declare mi inocencia, porque, en este proceso a largo plazo buscaré solamente la sentencia a cadena perpetua de tu abrazo. |
ME AVISARON
Me avisaron a tiempo: ten cuidado, mira que miente más que parpadea, que no le va a tu modo su ralea, que es de lo peorcito del mercado. Que son muchas las bocas que ha besado y a lo mejor te arrastra en su marea y después no te arriendo la tarea de borrar el presente y el pasado. Pero yo me perdí por tus jardines dejando que ladraran los mastines, y ya bajo la zarpa de tus besos me colgué de tu boca con locura sin miedo de morir en la aventura, y me caló tu amor hasta los huesos. |
OSÚ QUE TIO
Quise a una cordobesa enamorarla, eche al aire un suspiro, me fui a buscarla, llegue a su puerta y dije, - hola Rocío - y respondió con guasa ¡¡Osú que tío!! Y le dije simpático: -Hablarte quiero, soy Rufino Mendoza y estoy soltero. Verás que soy un hombre fuerte, animoso, cordial y sencillo y jacarandoso. Desde que te conozco ardo en deseos de decir lo que siento sin dar rodeos. Con tu alegre hermosura me congratulo y te aplaudo y te digo sin disimulo. Que tú de mis deseos eres la suma, te veo fumar y digo, ¡ay, que bien fuma! Quisiera ser collar que te adornara, quisiera ser pitillo que te fumaras, quisiera ser el zumo de la manzana que con gusto te comes por la mañana. Y que sean mis manos con mucho amor, de tus cantimploritas sujetador. Los deseos que tengo no los disculpo, para estrechar tu talle quiero ser pulpo. De pronto vi que ella se puso altiva, apago el cigarrillo, trago saliva y me miro con ojos que echaban fuego, me hizo un corte de mangas, dijo –hasta luego- y me volvió la espalda con señorío. Y se marcho diciendo: ¡¡¡Osú que tío!!!! |
hola sr,este ultimo me ha gustado,tela,salud..
|
EL PIYAYO
¿Tú conoces al Piyayo? es un viejo renegro reseco y chicuelo, la mirada de gallo pendenciero y hocico de raposo tiñoso, que pide limosna por tangos y maldice cantando fandangos gangosos…. ¡A chufla lo toma la gente, y a mi me da pena y me causa un respeto imponente! Ata a su cuerpo una guitarra que chilla como una corneja, zumba como una chicharra, y tiene arrumacos de vieja, pelleja. Yo lo he visto cantando, babeando de rabia y de vino, y bailando con salto felino tocando a zarpazos bajo los acordes de un viejo tangazo. Y el endeble Piyayo jadea, y suda, y renquea, y a sus contorsiones de ardilla hace sonar la vieja calderilla. Es su extraño arte su cepo y su cruz, su vida y su luz, su tabaco y su aguardientillo, su pan, y el de sus nietecíyos. ¿Churumbeles con greñas de alambre y panzas de sapo, que aúllan de hambre bajo los harapos! Sin madre que lave su roña, sin padre que afane porque pena una muerte en Santoña. ¡Sin mas sombra que la del abuelo! ¡¡Poca cosa, porque es tan chicuelo!!... En el altozano tiene un cuchitril, a las vigas se alcanza con la mano, y por lumbre, y por luz, un candil. Vacía sus alforjas que son sus bolsillos y bostezan de hambre los siete chiquillos se agrupan riendo y entre carantoñas los va repartiendo pan y pescao frito con la parsimonia de un antiguo rito. Chavales…… pan, de flor de harina… mascarlo despacio, mejor pan, no se come ni en el palacio. Y este pescaito,…¿no es ná? sacao uno a uno del fondo del mar. ¡Gloria pura es! Las espinas se comen también que to es alimento. ¡Así, despacito! mu remascaito…. ¡No llores, Manuela! tú no pués porque no tiés muelas. ¡Así, despacito, muy remascaito, migaja a migaja, que dure…. Le van dando fin a los cinco reales que costo el festín Y aluego, muy apiñaitos pá mata el frio, la Virgen Maria contempla al Piyayo riendo. Y hay un Ángel rubio que besa la frente de cada gitano chiquito. ¡¡A chufla lo toma la gente, y a mi me da mucha pena y me causa un respeto imponente!! |
salud..
|
CANCIÓN DE UN SUEÑO
Otra vez, esta noche, vi tu mano en la mía, otra vez, esta noche, volví a soñar contigo, yo, que no soy tu amante ni siquiera tu amigo, sino un hombre que pasa bajo la luz del día. Sin embargo, en la sombra donde el tiempo no existe, se buscan nuestras almas, no sé por qué. Y despierto vagamente inconforme de que no ha sido cierto, triste de una tristeza que no llega a ser triste. Algo ocurre en la noche, pero yo no lo digo: ni a ti, que nada sabes, ni a ti te diré nada, pero al mirar tus ojos sabré, por tu mirada, si también, esta noche, tú has soñado conmigo. |
AUSENCIA
Es menester que vengas, mi vida, con tu ausencia, se ha deshecho, y torno a ser el hombre abandonado que antaño fui, mujer, y tengo miedo. ¡Qué sabia dirección la de tus manos! ¡Qué alta luz la de tus ojos negros! Trabajar a tu lado, ¡qué alegría!; descansar a tu lado, ¡qué sosiego! Desde que tú no estás no sé cómo andan las horas de comer y las del sueño, siempre de mal humor y fatigado, ni abro los libros ya, ni escribo versos. Algunas estrofillas se me ocurren e indiferente, al aire las entrego. Nadie cambia mi pluma si está vieja ni pone tinta fresca en el tintero, un polvillo sutil cubre los muebles y el agua se ha podrido en los floreros. No tienen para mí ningún encanto a no ser los marchitos del recuerdo, los amables rincones de la casa, y ni salgo al jardín, ni voy al huerto. Y eso que una violenta Primavera ha encendido las rosas en los cercos y ha puesto tantas hojas en los árboles que encontrarías el jardín pequeño. Hay lilas de suavísimos matices y pensamientos de hondo terciopelo, pero yo paso al lado de las flores caída la cabeza sobre el pecho, que hasta las flores me parecen ásperas acostumbrado a acariciar tu cuerpo. Me consumo de amor inútilmente en el antiguo, torneado lecho, en vano estiro mis delgados brazos, tan sólo estrujo sombras en mis dedos... Es menester que vengas; mi vida, con tu ausencia, se ha deshecho. Ya sabes que sin ti no valgo nada, que soy como una viña por el suelo, ¡álzame dulcemente con tus manos y brillarán al sol racimos nuevos! |
ES MUJER
Es bella, más bella, muy bella; es hoy, es mañana, es ayer. Es roca y es mirlo, es estrella, es irse, quedarse, volver. Es hierba y es rama, da sombra; es agua que calma la sed. Lejana, es mía, me nombra, me espera, me sabe, me ve. Estalla, se esconde, se aleja; de ser o no ser... ella es. Y es tanto que siempre regresa, y el antes se vuelve después. Me conoció cuando tuvo sospecha de que vendría; y ella sabía que llegaría... ¡Ah! sí sabía... Y luego de un tiempo corrieron los años, y me fui un día, y ella sabía que volvería. Ah, si sabía…Mi madre es bella, más bella, muy bella; es hoy, es mañana, es ayer. Es roca y es mirlo, es estrella, es siempre y es más…, es mujer. |
YO SOY, UN SER HUMANO
Más allá de cualquier ideología... más allá de lo sabio y lo profano, soy parte del espacio, soy la vida por el hecho de ser un ser humano. Yo soy el constructor de mis virtudes como lo soy, a la vez, de mis defectos; torrente inagotable de inquietudes... genial contradicción de Lo Perfecto. Yo puse las espinas en la frente los clavos en los pies y en ambas manos... después rompí a llorar amargamente la muerte irreparable de mi hermano. Por mí se hace polémica la duda... ¿Quién soy?, ¿adónde voy?, ¿de dónde vengo?... a través de los tiempos, tan aguda, que con ella renazco y me sostengo. Soy el que abrió la caja de Pandora que guardaba los males del planeta. No escapó la esperanza... ¡En buena hora! por ella sobrevivo y soy poeta. Yo soy el que ha creado las prisiones, la lucha fratricida y la injusticia, pero también he inventado las canciones y el encanto sutil de una caricia. En nombre de mi Dios, soy asesino, embustero, fanático y tirano; desafiando las leyes del destino tengo sangre de siglos en las manos. Más también en su nombre soy la rienda que consigue domar a tanto potro... Sería, sin un orden, la merienda de comernos los unos a los otros. Soy el poder, que condena los instintos naturales del hombre, mi censura reptando por oscuros laberintos impone la moral de su estatura. Yo soy un individuo entre la masa... La coincidencia, es sólo un accidente... Busco esposa, doy hijos, tengo casa, soy la opción de un cerebro inteligente. ¿Qué vale más, inquietud de mi existencia, cuando llegue el final y quede inerte? ¿El arte, por fijar mi trascendencia o el eterno misterio de la muerte?. Por todo, más allá de ideologías... más allá de lo sabio y lo profano... soy parte del espacio, soy la vida por el hecho de ser un ser humano |
salud..
|
A UN RICO
¿Quién te ha dado tu hacienda o tu dinero? O son fruto del trabajo honrrado, o del haber que tus padres te han dejado, o el botin de un ladron o un usurero. Si el dinero que das al pordisero te lo dio tu sudor, te has sublimado, si es herencia ¡cuan bien lo has emplesdo! si es un robo, ¿Qué das, mal caballero? Yo he visto un lobo que de carne ahíto dejo comer los restos de un cabrito a un perro ruin que presencio su robo. Deja ¡oh rico! Comer lo que te sobre, por que algo mas que un perro será un hombre y tu, no querras ser menos que un lobo. |
BALDOMERA
Le voy a contar a ustedes mas de broma que de veras, la historia de una muchacha que se quiso hacer torera. El padre no daba golpe, la madre no trabajaba, y un hermano que tenia, ni soñando la doblaba. Baldomera se hizo grande guapa, sana, hecha una pera, no se puede estar mejor, la madre que la parió como estaba Baldomera. Un apoderao la vio y la quiso hacer torera, una casa le compro la vistió de mil maneras, y Baldomero tragó, porque así es que trago yo y así es que traga cualquiera. Con idea de “probarla” se fueron a un tentadero, y se llevó por “tentarla” el desengaño primero. Un guantazo le arreó que se le callo el sombrero, porque se hablo de “tentar” y una cosa es torear, y otra cosa un “tentaero”. Por fin pudo debutar la guapa de Baldomera, y convertir en realidad su sueño de ser torera. En su primera corrida va ha torear con Currito, diestro de gran valentía torero macho y bonito. Currito de verde y oro se prenda de Baldomera, y en vez de arrimarse al toro va y se arrima a la “ternera”. El apoderao celoso le forma la pelotera, diciendo que lidie al toro y no ligue a la torera. Currito quiere hacer caso y le da medio atontao, al toro tres muletazos y dos al apoderao. El apoderao se pica y allí se forma el desmadre, porque dice, y con razon, que le de el pase a su padre. Entonces el toro arremete viendo clara la ocasión, y a Curro de un achuchon lo manda al tendio siete. Ya van pa la enfermería Currito con la cojia, apoderao y torera, y detrás el empresario, mientras la banda del pueblo va tocando el relicario. y aquí termina la historia de aquella mujer torera, que no toreaba bien pero estaba como un tren, y se llamó Baldomera. |
BOCA A BOCA
Copa de vino donde quiero y sueño beber la muerte con fruición sombría, surco de fuego donde logra Ensueño fuertes semillas de melancolía. Boca que besas a distancia y llamas en silencio, pastilla de locura, color de sed y húmeda de llamas... ¡Verja de abismos es tu dentadura! Sexo de un alma triste de gloriosa; el placer unges de dolor; tu beso, puñal de fuego en vaina de embeleso, me come en sueños como un cáncer rosa... Joya de sangre y luna, vaso pleno de rosas de silencio y de armonía, nectario de su miel y su veneno, vampiro vuelto mariposa al día. Tijera ardiente de glaciales lirios, panal de besos, ánfora viviente donde brindan delicias y delirios fresas de aurora en vino de poniente... Estuche de encendidos terciopelos en que su voz es fúlgida presea, alas del verbo amenazando vuelos, cáliz en donde el corazón flamea. Pico rojo del buitre del deseo que hubiste sangre y alma entre mi boca, de tu largo y sonante picoteo brotó una llaga como flor de roca. Inaccesible... Si otra vez mi vida cruzas, dando a la tierra removida siembra de oro tu verbo fecundo, tú curarás la misteriosa herida: lirio de muerte, cóndor de vida, ¡flor de tu beso que perfuma al mundo! |
salud..
|
QUE SUERTE HE TENIDO
Qué suerte he tenido de nacer, para estrechar la mano de un amigo. y poder asistir como testigo. al milagro de cada amanecer. Qué suerte he tenido de nacer. para tener la opción de la balanza. Sopesar la derrota y la esperanza, con la gloria y el miedo de caer. Qué suerte he tenido de nacer, para entender que el honesto y el perverso. son dueños por igual del universo aunque tengan distinto parecer. Qué suerte he tenido de nacer, para callar cuando habla el que más sabe. Aprender a escuchar, esa es la clave, si se tiene intenciones de saber. Qué suerte he tenido de nacer, y lo digo sin falsos triunfalismos. La victoria total, la de uno mismo. se concreta en el ser y en el no ser. Qué suerte he tenido de nacer, para cantarle a la gente y la rosa, y al perro y al amor y a cualquier cosa. que puede al sentimiento recoger. Qué suerte he tenido de nacer, para tener acceso a la fortuna. De ser río en lugar de ser laguna, de ser lluvia en lugar de ver llover. Qué suerte ha tenido de nacer, para comer a conciencia la manzana, Sin el miedo ancestral a la sotana y a la venganza final de lucifer. Pero sé, bien que sé.... que algún día también me moriré. Si ahora vivo contento con mi suerte, sabe Dios qué pensaré cuando mi muerte, cúal será en la agonía mi balance. no lo sé, nunca estuve en ese trance. Pero sé, bien que sé... que en mi viaje final escucharé el ambiguo tañir de las campanas saludando mi adiós, y otra mañana y otra voz, como yo, con otro acento, cantará a los cuatro vientos... ¡Qué suerte he tenido de nacer! |
LA ULTIMA CARTA
Mi carta, que es feliz, pues va a buscaros, cuenta os dará de la memoria mía. Aquel fantasma soy que, por gustaros, juró estar viva a vuestro lado un día. Cuando lleve esta carta a vuestro oído el eco de mi amor y mis dolores, el cuerpo en que mi espíritu ha vivido ya durmiendo estará bajo las flores. Por no dar fin a la ventura mía, la escribo larga... casi interminable... ¡Mi agonía es la bárbara agonía del que quiere evitar lo inevitable! Hundiéndose al morir sobre mi frente el palacio ideal de mi quimera, de todo mi pasado, solamente esta pena que os doy borrar quisiera. Me rebelo a morir, pero es preciso... ¡El triste vive y el dichoso muere!... ¡Cuando quise morir, Dios no lo quiso; hoy que quiero vivir, Dios no lo quiere! ¡Os amo, sí! Dejadme que habladora me repita esta voz tan repetida; que las cosas más íntimas ahora se escapan de mis labios con mi vida. Hasta furiosa, a mí que ya no existo, la idea de los celos me importuna; ¡juradme que esos ojos que me han visto nunca el rostro verán de otra ninguna! Y si aquella mujer de aquella historia vuelve a formar de nuevo vuestro encanto, aunque os ame, gemid en mi memoria; ¡yo os hubiera también amado tanto!... Mas tal vez allá arriba nos veremos, después de esta existencia pasajera, cuando los dos, como en el tren, lleguemos de vuestra vida a la estación postrera. ¡Ya me siento morir!... El cielo os guarde. Cuidad, siempre que nazca o muera el día, de mirar al lucero de la tarde, esa estrella que siempre ha sido mía. Pues yo desde ella os estaré mirando; y como el bien con la virtud se labra, para verme mejor, yo haré, rezando, que Dios de par en par el cielo os abra. ¡Nunca olvidéis a esta infeliz amante que os cita, cuando os deja, para el cielo! ¡Si es verdad que me amasteis un instante, llorad, porque eso sirve de consuelo!... ¡Oh Padre de las almas pecadoras! ¡Conceded el perdón al alma mía! ¡Amé mucho, Señor, y muchas horas; mas sufrí por más tiempo todavía! ¡Adiós, adiós! Como hablo delirando, no sé decir lo que deciros quiero. Yo sólo sé de mí que estoy llorando, que sufro, que os amaba y que me muero. |
salud..
|
QUE DOLOROSO ES AMAR
¡Qué doloroso es amar... y no poderlo decir! Si es doloroso saber, que va marchando la vida como una mujer querida, que jamás ha de volver. Si es doloroso ignorar, donde vamos a morir; ¡más doloroso es amar... y no poderlo decir! Triste es ver que la mirada, hacia el sol levanta el ciego; y el sol la envuelve en su fuego y el ciego no siente nada. Ver su mirada tranquila, a la luz indiferente y saber que eternamente, la noche va en su pupila bajo el dosel de su frente. Pero si es triste mirar y la luz no percibir; ¡más doloroso es amar... y no poderlo decir! Conocer que caminamos, bajo la fuerza del sino; recorrer nuestro camino y no saber donde vamos. Ser un triste peregrino, de la vida en los senderos, no podernos detener, por ir siempre prisioneros, del amor o del deber. Mas si es triste caminar y no poder descansar mas que al tiempo de morir; ¡más doloroso es amar... y no poderlo decir! Vivir como yo soñando, con cosas que nunca vi; y seguir, seguir andando, sin saber por qué motivo ni hasta cuándo. Tener fantasía y vuelo, que pongan al cielo escalas y ver, que nos faltan alas, que nos remonten al cielo. Más si es triste no gozar, lo que podemos soñar; no hay más amargo dolor, que ver el alma morir, prisionera de un amor y no poderlo decir. |
LO QUE YO QUIERO
Que nadie me conozca y que nadie me quiera. Que nadie se preocupe de mi triste destino. Quiero ser incansable y eterno peregrino que camina sin rumbo porque nadie le espera. Que no sepan mi vida, ni yo sepa la ajena. Que ignore todo el mundo si soy triste o dichoso. Quiero ser una gota en un mar tempestuoso o en inmenso desierto, un granito de arena.. Caminar mundo adentro solo con mis dolores. Nómada, sin amigos, sin amor, sin anhelos, que mi hogar sea el camino, y mi techo sea el cielo y mi lecho las hojas de algún árbol sin flores.. . Cuando ya tenga polvo de todos los caminos Cuando ya esté cansado de luchar con mi suerte, me lanzaré en la noche sin luna, hacia la muerte. de donde no regresan jamás los peregrinos. Y morir una tarde cuando el sol triste alumbre, descendiendo un camino o ascendiendo una cumbre, pero donde no haya quien me pueda enterrar. Que mis restos ya polvo los disipen los vientos, para que cuando ella sienta remordimientos no se encuentre mi tumba, ni me pueda rezar... |
salud..
|
MIEDO
Mil veces he intentado decirte que te quiero, mas la ardorosa confesión, mi vida, se ha vuelto de los labios a mi pecho ¿Por qué, niña? Lo ignoro, ¿Por qué? Yo no lo entiendo, Son blandas tu sonrisa y tu mirada, dulce es tu voz, y al escucharla tiemblo. Ni al verte estoy tranquilo, ni al hablarte sereno, busco frases de amor y nos la hallo. No sé si he de ofenderte y tengo miedo. Callando, pues, me vivo y amándote en silencio, sin que jamás en tus dormidos ojos sorprenda de pasión algún destello. Dime si me comprendes, si amarte no merezco. Di si una imagen en el alma llevas... Mas no... no me lo digas...¡tengo miedo! Pero si el labio calla, con frases de los cielos deja, mi vida, que tus ojos digan a mis húmedos ojos... ya os entiendo deja escapar el alma los rítmicos acentos de esa vaga armonía, cuyas notas tiene tan sólo el corazón por eco. Deja al que va cruzando por áspero sendero, que si no halla la luz en la ventana, tenga la luz de la esperanza al menos. Callemos en buena hora pues que al hablarte tiemblo, mas deja que las almas, uno a uno, se cuenten con los ojos sus secretos... Dejemos que se digan en ráfagas de fuego confidencias que escuche el infinito frases mudas de encanto y de misterio. Dejemos, si lo quieren, que sientas lo que siento, beso puro que engendren las miradas y que tan bello porvenir es nuestro. Dime así que me entiendes, que estallen en un beso, que es el porvenir de luz y flores y suba sin rumor hasta los cielos. Di que verme a tus plantas es de tu vida el sueño, dime así cuanto quieras.... cuanto quieras. De que me hables así... no tengo miedo. |
Veo que hay pocos amantes de la poesia, no se si cambiar y escribir sobre mis grandes pasiones que son la caza y el tiro por ver si encuentro a algun aficionado jajajajajajajaja
|
MI COMPAÑERO
¡¡Vivan los cantes bonitos!! viva la gente morena que con un cante de Cai se hase un entierro a sus penas. ¡Viva el vino de Sanlucar y el aguardiente de moras, me emborracho, y no hecho cuenta de si el corazón me llora. ¡La mujer que me quería con otro la he visto hablar, pos... aunque me cueste la vía no habrán de verme llora. ¿Dolerme?, si que me duele que me falte su querer... pero... agarro siete duros, y...¡¡echa vino, montañé!! Talento y priva: no hay duca que a mí me levante er gallo. ¡¡Pero...si no he llorao tan siquiera la muerte de mi caballo!! Hay... que caballo mas güeno, y que estampa mas señorona, tomaba café con leche lo mismo que una persona... Pelo a pelo lo montaba, na de silla ni de espuelas, pero hombre...si cuando chiquitito venia conmigo a la escuela. Me pego un día el maestro por no saber geografía y er potro le dio dos coces que lo trasladó a Turquía. Cuando el tifus, que ni un pelo faltó pa que me muriera no había quien lo arrancara de junto a mi cabecera. Siempre juntos como hermanos, era igualito que yo, ¿que importaba que el tuviera cuatro patas y yo dos? Las orejitas de punta, los ojos como candiles, a cuarenta y siete leguas divisaba a los siviles. A la vista de un tricornio se bebía las distansias y cuando nos daban el alto ya estaba el caballo en Francia. Y si yo inspeccionaba los corrales de gallinas me decía en un relincho, ¡Tú...! que vienen las vecinas... y como yo pretendiera de amores a una serrana se arrodillaba el caballo debajo de su ventana. Hay...que caballo mas güeno y que compañero mas fino pos.... no lo lloro.... me bebo las lagrimas con er vino. Que vengan las negras ducas que na me importa a mi con er vino de Sanlucar yo, me harto de reí. Un domingo fui a los toros, que tarde mas divertía, viendo al niño del bollullo la de miedo que tenia... Al picaó de reserva le arrearon tres tomates que la chaquetilla verde se la pusieron granate. ¡Sinvergüenza!¡picatoste! vamos ar toro, ¡¡a picá!!... y el me dijo: es el cabalo que no quiere camina. Y era el caballo, mi caballo el compañerito mió que yo estaba dando voces y me había conocio. Me llamaba desde lejos con un relincho de pena. ¡¡Los gitanos nian vendio pa darme muerte en la arena!!... Ampárame, compañero defiéndeme en mi vejez que el toro me esta mirando y no me puedo vale. En la rai de mis güesos sentí un temblor de agonía, y en aquel instante el toro como un rayo le envestía. Quise arrojarme, salvarlo de aquella muerte certera pero alguien me gritó... a la cama, a dormir la borrachera. Dios del cielo, juez divino manda a toa esta gente un castigo que se arrejunta por miles pa asesinarme a un amigo... Una mujer,...desde arriba, le echó al caballo una rosa, ya lleva entierro con flores, ¡¡que Dios te lo pague, hermosa!! Se queó como un guiñapo muerto allí sobre el estribo, pero yo, como soy hombre, me divierto, bebo, y vivo. vino fresco, dame pronto vino de la Parma que esta de cuerpo presente mi compañero del alma. Que se calle, que se siente ¿porque chilló ese guasón? ¡¡Porque ese torito negro me ha partio el corazón!! Pero soy hombre y no lloro la muerte de mi caballo aquel que murió en los toros aquella noche de mayo. |
salud..
|
ROMANCE DEL ACABOSE
Aquello puede acabarse del modo que te convenga. Yo te prometo colgarme en el pescuezo una piedra y echarme de noche al río sin que tú misma lo sepas. Yo estoy dispuesto a cargar con la pólvora más negra un cachorrillo de hierro y que las sienes me muerda. Esto puede acabar del modo que te convenga, esta tarde o esta noche o después cuando amanezca. Sólo con que tú me lo digas: “Se acabó la historia aquella.” pero lo que no podrás es que acabemos a medias. Que en amistad trastoquemos lo que fue pasión deshecha; que tú vayas por la calle y yo por la calle venga, y nos digamos ¡”Adiós”! como amigos que se encuentran. Que tu digas: “Aquel tiempo!” que yo diga:¡”Aquella fecha!” y que los besos sorbidos boca a boca, vena a vena, no se nos pongan de pie como claras bayonetas y nos claven por cobardes sobre la cruz de las piedras. Amantes fuimos los dos que amarse no da vergüenza; comimos del mismo pan; pisamos la misma hierba, y las paredes calladas huelen al que oler sepa, a vida que hicimos juntos llevando la misma senda. Amantes fuimos los dos: el fuego tú; yo la yesca; tu, la soga; yo el caldero; tú, el aire, yo la veleta. Años enteros unidos en una misma cadena de sobresaltos y besos, de conciencia y de inconsciencia, de quietud y de inquietud. ¡Ay, Dios que si lo barruntan! ¡Ay, Dios que si lo comentan! ¡Ay, que si me ven contigo! ¡Ay, que si contigo me ven! Besos entre sobresaltos; entre amarguras promesas. Saber engañar a todos y tener la verdad nuestra; de estar por dentro casados en una alianza secreta. Casado estuve contigo; arras fueron las estrellas, y en el libro de la vida quedó por siempre una fecha; que era junio y era un día que olía a cosas eternas. Amantes fuimos los dos, que amarse no da vergüenza. Amantes fuimos de llanto, amantes de complacencia, amantes porque te di todo lo que tu me dieras. La vida tuya fue mía: la mía, tú te la llevas. Hasta ayer. Ayer me dices claramente, por las buenas, que nos conviene acabar con aquella historia. ¡Aquella! Eso no nace de nuevo no la improvisas a ciegas; eso, razón razonada, “agua que viene de alberca no se detiene ante nada”. ¿Qué vamos a acabar? Bueno; como mejor te convenga. Y estoy dispuesto a colgarme en el pescuezo una piedra y echarme de noche al río sin que tu misma lo sepas. ¿Tú que harás? ¿Entrarte a monja? ¿Beber solimán a ciegas? ¿Ponerte un ascua en las sienes para que derritan su cera? Sólo así podrá acabar pasión que fue tan entera. ¿pues otra cosa creías? ¿Pues otra cosa alimentas? ¿Qué amor se puede cambiar en amistad sin ojeras? ¿Qué amantes y amigos son como dos varas gemelas, y que se corta la una cuando la otra se seca? ¿Qué quien te tuvo en sus brazos y saboreo tu lengua, y hundió contigo la almohada junto a tu misma cabeza puede ser el amigo ese que, cuando se le tropieza, se le dice: “Adiós, amigo!”, y se sigue la vereda? Pero ¿quién te ha trastornado quién te ha dado esa ceguera? El amor cuando es amor, sólo tiene dos certezas: el odio, verdad de sangre; la muerte, certeza negra. ¿Qué vamos a acabar? Bueno; como mejor te convenga. Pero ¿amigos? ¡Nunca! ¡Nunca! Te estoy deseando muerta, me estoy deseando muerto, pero sin amor a medias. Si tú quieres, llámame; yo te llamaré si esperas. ¡Hazme el nudo corredizo; eche yo el nudo a tu cuerpo, y acabemos esta vida que por tanto amor te pesa! |
UN GRAN AMOR
Un gran amor se nos acaba un día y es tristemente igual a un pozo seco, pues ya no tiene el agua que tenia pero le queda todavía el eco. Un gran amor, un gran amor lejano es algo así como la enredadera que no quisiera florecer en vano y sigue floreciendo aunque no quiera. Y, en ese gran amor, aquél que ama compartirá el destino de la hoguera, que lo consume todo con su llama porque no sabe arder de otra manera. |
ASÍ TE QUIERO
El día trece de julio yo me tropecé contigo. Las campanas de mi frente, amargas de bronce antiguo, dieron al viento tu nombre en repique de delirio. Mi corazón de madera muerto de flor y de nidos, floreció en un verde nuevo de naranjos y de gritos, y por mi sangre corrió un toro de escalofrío, que me dejó traspasado en la plaza del suspiro. ¡Ay trece, trece de julio, cuando me encontré contigo! ¡Ay, tus ojos de manzana y tus labios de cuchillo y las nueve, nueve letras de tu nombre sobre el mío que borraron diferencias de linaje y apellido! ¡Bendita sea la madre, la madre que te ha parido, porque sólo te parió para darme a mí un jacinto, y se quedó sin jardines porque yo tuviera el mío! ¿Quieres que me abra las venas para ver si doy contigo? ¡Pídemelo y al momento seré un clavel amarillo! ¿Quieres que vaya descalzo llamando por los postigos? ¡Dímelo y no habrá aldabón que no responda a mi brío! ¿Quieres que cuente la arena de los arroyos más finos? Haré lo que se te antoje, lo que mande tu capricho, que es mi corazón cometa y está en tu mano el ovillo; que es mi sinrazón campana y tu voluntad sonido. Nunca quise a nadie así; voy borracho de cariño, desnudo de conveniencias y abroquelado de ritmos como un Quijote de luna con armadura de lirios. Te quiero de madrugada, cuando la noche y el trigo hablan de amor a la sombra morena de los olivos; cuando se callan los niños y las mocitas esperan en los balcones dormidos; te quiero siempre: mañana, tarde, noche... ¡por los siglos, de los siglos! ¡Amén! Te querré constante y sumiso, y cuando ya me haya muerto antes que llegue tu olvido, por la savia de un ciprés subiré delgado y lírico, hecho solamente voz para decirte en un grito: ¡Te quiero! ¡Te quiero muerto igual que te quise vivo! |
salud..
|
ROMANCE DE LA MUJER CON LAS MEDIAS ROTAS
Y llego la primavera y en el altar de la sangre se ofrendó latir de fiesta. Desde el insecto a la rana desde el grajo a la pantera, desde el burro al saltamontes y toda la escala esa del bicho y del ser humano, de plantas, de agua y de tierra, se estremeció y, con gustillo, se movió de otra manera. Se vistió el campo de gala. Ya el agua no era tan fresca. Los besillos de la brisa sabían a besos de nenas. Había ratos con chubascos pero eran nubes ligeras, y el sol inundaba el mundo de Santa Cruz de la Higuera. Recuerdo que estaba yo tomándome una cerveza, cuando escuche que decían: <¡Ay, cullons, vaya unas piernas! Seguro que ella no sabe que lleva rotas las medias> Miré…¡Coño, que mujer! ¡Si es una clásica griega! ¡Que planta!¡Que movimiento! ¡Que culo y que delantera! Y con esas medias rotas… ¿Quién es?¿Que quiere?¿Que piensa? Andamios tragando espacio, albañiles en la brega, fogonazos de palabras y silbidos…¡Esa, esa es una mujer que tiene molinos en la cabeza! La seguí tocando el arpa de las palabras discretas, haciendo ovillos de luces y líricas morisquetas. Me escuchó…Me dijo:<Ay, si Vd. supiera… supiera. Pero si no se lo digo seguro que no se entera, ni Vd. sabrá que yo soy Socorrito Picaperas.> No lo sabía. Se lo juro -dice arqueando las cejas- vengo de un pueblo de Asturias y de hoy no se ni la fecha. Dígame, cuénteme, sálveme con su verde enredadera; coleccióneme, si quiere haga de mi una maceta, pero dígame:¿Por qué lleva Vd. rotas las medias? Y, aquí el arcón del misterio. Aquí el truco y la sorpresa. Aquí el pasmo y el saltito y el ¡calle, calle, que buena! Se abrió el mundo cuando, dulce, Socorrito Picaperas respondió:<Las llevo rotas porque yo no se coserlas.> |
SI PARA RECOBRAR
Si para recobrar lo recobrado debí perder primero lo perdido, si para conseguir lo conseguido tuve que soportar lo soportado, si para estar ahora enamorado fue menester haber estado herido, tengo por bien sufrido lo sufrido, tengo por bien llorado lo llorado. Porque después de todo he comprobado que no se goza bien de lo gozado sino después de haberlo padecido. Porque después de todo he comprendido por lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado. |
salud..
|
AMOR INSATISFECHO
Mi corazón se siente satisfecho de haberte amado y nunca poseído; así tu amor se salva del olvido igual que mi ternura del despecho. Jamás te vi desnuda sobre el lecho, ni oí tu voz muriéndose en mi oído; así ese bien fugaz no ha convertido un ancho amor en un placer estrecho. Cuanto el deleite suma a lo vivido acrecentado se lo resta el pecho, pues la ilusión se va por el sentido. Y en ese hacer y deshacer lo hecho, sólo un amor se salva del olvido, y es el amor que queda insatisfecho. |
CINCO SONETOS SIN UNA VOCAL
soneto sin la a El sol en el cenit tiene esplendores, tiene hermosos crepúsculos el cielo; el ruiseñor sus trinos y su vuelo corriente el río, el céfiro rumores. Tiene el iris sus múltiples colores, todo intenso dolor tiene consuelo; tienen mujeres mil, pechos de hielo y el pomposo vergel tiene sus flores. Tienen sus religiones los creyentes, tiene mucho de feo ser beodo, tiene poco de pulcro decir mientes. Todo lo tiene el que lo tiene todo, y tiene veintemil inconvenientes el escribir sonetos de este modo. soneto sin la e Con ojillos oscuros, luminosos, ambas tan blancas como dos palomas, cruzando prados y salvando lomas hoy las vi con dos pícaros gomosos. Iban con ambas pollas orgullosos, cortándolas aquí jugosas pomas, dándolas más allá lícitas bromas, pasando así las horas muy gozosos. Cuando callaron todos los rüidos y la pálida luz agonizaba, los pájaros volaban a sus nidos. Y sus hojas la flor mustia doblaba, y los cuatro cogidos por las manos tornaron a sus casas muy ufanos. soneto sin la i Blanca como la luz que el alba arroja, pura como la flor que el aura mece, por ella culto, pero noble, crece, este amor que locura se me antoja. Cuando en llanto su faz la pena moja, ¡cuán hermosa a los ojos aparece! ¡Tanto el pudor en ella resplandece, que, al ensalzar sus galas, se sonroja! Pero su corazón amor no altera; yo del suyo soñando con la palma juré adorarla con el alma entera. ¡Mas todo ve con desdeñosa calma! ¿qué alcanzará? que grande, hasta que muera, guarde entero su amor por ella el alma. soneto sin la o Gime desamparada Magdalena, víctima de pesares que la matan; y sus pupilas el raudal desatan de lágrimas que causan tanta pena. Ayer amaba de esperanza llena; mas ya, ¿qué dichas a la vida le atan? ¿A qué vivir, si así se desbaratan venturas en que sueña un alma buena? ¿Quién tal infamia tiene permitida? El que al pie del altar la fe le jura, huye y la deja en la amargura hundida, ¡a ella siempre buena y siempre pura!... Virtud, santa virtud, ¡sé tú la egida de esa infeliz que gime sin ventura! soneto sin la u Soneto me pedís en donde omita la postrera vocal del alfabeto; y en dos por tres pergeñaré el soneto si no se llega a enmarañar la pita. Nadie para tal obra necesita estar de genio y de saber repleto; basta paciencia y sale del aprieto toda persona en el mirar perita. ¡Vanidoso! exclamáis, ante el sentido del octavo renglón; mas yo no paso por mote a mi entender inmerecido. Vanidad, si la tengo, será acaso en haberme de sobra conocido para no pedir sitio en el Parnaso. |
DESVESTIDO
La noche, deseosa, apenumbrada, te quitó sin pensar las zapatillas... y —por sentirse blanca y alumbrada— desnudó blancamente tus rodillas. Luego —por diversión, sin decir nada— la noche se llevó tu blusa larga y te arrancó la falda ensimismada como una cosa tímida y amarga. Después te colocaste travesura: desnudaste tus pechos por ternura y —hablando de un amor vago, inconexo— Porque si y porque no, a medio reproche, desnudaste también, entre la noche, la noche pequeñita de tu sexo. |
EL CONDE SISEBUTO
A cuatro leguas de Pinto y a treinta de Marmolejo, existe un castillo viejo que edificó Chindasvinto. Perteneció a un gran señor algo feudal y algo bruto; se llamaba Sisebuto, y su esposa, Leonor, y Cunegunda, su hermana, y su madre, Berenguela, y una prima de su abuela atendía por Mariana. Y su cuñado, Vitelio, y Cleopatra, su tía, y su nieta, Rosalía, y el hijo mayor, Rogelio. Era una noche de invierno, noche cruda y tenebrosa, noche sombría, espantosa, noche atroz, noche de infierno, noche fría, noche helada, noche triste, noche oscura, noche llena de amargura, noche infausta, noche airada. En un gótico salón dormitaba Sisebuto, y un lebrel seco y enjuto roncaba en el portalón. Con quejido lastimero el viento fuera silbaba, e imponente se escuchaba el ruido del aguacero. Cabalgando en un corcel de color verde botella, raudo como una centella llega al castillo un doncel. Empapada trae la ropa por efecto de las aguas, ¡como no lleva paraguas viene el pobre hecho una sopa! Salta el foso, llega al muro, la poterna está cerrada. -¡Me ha dado mico mi amada! -exclama-. ¡Vaya un apuro! De pronto, algo que resbala siente sobre su cabeza, extiende el brazo, y tropieza ¡con la cuerda de una escala! -¡Ah!... -dice con fiero acento. -¡Ah!.. -vuelve a decir gozoso. -¡Ah!.. -repite venturoso. -¡Ah!.. -otra vez, y así, hasta ciento. Trepa que trepa que trepa, sube que sube que sube, en brazos cae de un querube, la hija del conde, la Pepa. En lujoso camarín introduce a su adorado, y al notar que está mojado le seca bien con serrín. -Lisardo ... mi bien, mi anhelo, único ser que yo adoro, el de los cabellos de oro, el de la nariz de cielo, ¿qué sientes, di, dueño mío?, ¿no sientes nada a mi lado?, ¿que sientes, Lisardo amado? Y él responde: -Siento frío. -¿Frío has dicho? Eso me espanta. ¿Frío has dicho? eso me inquieta. No llevarás camiseta ¿verdad?... pues toma esa manta. -Ahora hablemos del cariño que nuestras almas disloca. Yo te amo como una loca. -Yo te adoro como un niño. -Mi pasión raya en locura, si no me quieres, me mato. -La mía es un arrebato, si me olvidas, me hago cura. -¿Cura tú? ¡Por Dios bendito! No repitas esas frases, ¡en jamás de los jamases! ¡Pues estaría bonito! Hija soy de Sisebuto desde mi más tierna infancia, y aunque es mucha mi arrogancia, y aunque es un padre muy bruto, y aunque temo sus furores, y aunque sé a lo que me expongo, huyamos... vamos al Congo a ocultar nuestros amores. -Bien dicho, bien has hablado, huyamos aunque se enojen, y si algún día nos cojen, ¡que nos quiten lo bailado! En esto, un ronco ladrido retumba potente y fiero. -¿Oyes? -dice el caballero-, es el perro que me ha olido. Se abre una puerta excusada y, cual terrible huracán, entra un hombre..., luego un can..., luego nadie..., luego nada... -¡Hija infame! -ruge el conde. ¿Qué haces con este señor? ¿Dónde has dejado mi honor? ¿Dónde?, ¿dónde?, ¿dónde?, ¿dónde? Y tú, cobarde villano, antipático, repara cómo señalo tu cara con los dedos de mi mano. Después, sacando un puñal, de un solo golpe certero le enterró el cortante acero junto a la espina dorsal. El joven, naturalmente, se murió como un conejo. Ella frunció el entrecejo y enloqueció de repente. También quedó el conde loco de resultas del espanto, y el perro... no llegó a tanto, pero le faltó muy poco. Desde aquel día de horror nada se volvió a saber del conde, de su mujer, la llamada Leonor, de Cunegunda su hermana, de su madre Berenguela, de la prima de su abuela que atendía por Mariana, de su cuñado Vitelio, de Cleopatra su tía, de su nieta Rosalía ni de su chico Rogelio. Y aquí acaba la leyenda verídica, interesante, romántica, fulminante, estremecedora, horrenda, que de aquel castillo viejo entenebrece el recinto, a cuatro leguas de Pinto y a treinta de Marmolejo. |
EL LUNAR
Ni el candor de tu rostro, que revela que tu sensible corazón dormita, ni tu mórbido seno que palpita, ni tu inocente gracia que consuela; ni tus brillantes ojos de gacela, ni tu boca. de grana, urna bendita donde un beso parece que se agita cual mariposa que vagar anhela, inspiran más al alma enamorada, por tus encantos celestiales loca ya tu yugo hace tiempo encadenada, que ese lunar que a adoración provoca…, ¡pequeña, fugitiva pincelada que el Amor quiso dar junto a tu boca! |
EL PERRO COJO
Con una pata colgando, despojo de una pedrada, pasó el perro por mi lado, un perro de pobre casta. Uno de esos callejeros, pobres de sangre y estampa. Nacen en cualquier rincón, de perras tristes y flacas, destinados a comer basuras de plaza en plaza. Cuando pequeños, qué finos y ágiles son en la infancia, baloncitos de peluche, tibios borlones de lana, los miman, los acurrucan, los sacan al sol, les cantan. Cuando mayores, al tiempo que ven que se fue la gracia, los dejan a su ventura, mendigos de casa en casa, sus hambres por los rincones y su sed sobre las charcas. Qué tristes ojos que tienen, que recóndita mirada como si en ella pusieran su dolor a media asta. Y se mueren de tristeza a la sombra de una tapia, si es que un lazo no les da una muerte anticipada. Yo le llamo: psss, psss, psss. Todo orejas asustadas, todo hociquito curioso, todo sed, hambre y nostalgia, el perro escucha mi voz, olfatea mis palabras como esperando o temiendo pan, caricias... o pedradas, no en vano lleva marcado un mal recuerdo en su pata. Lo vuelvo a llamar: psss, psss. Dócil a medias avanza moviendo el rabo con miedo y las orejitas gachas. Chasco los dedos; le digo: "ven aquí, no te hago nada, vamos, vamos, ven aquí". Y adiós la desconfianza. Que ya se tiende a mis pies, a tiernos aullidos habla, ladra para hablar más fuerte, salta, gira; gira, salta; llora, ríe; ríe, llora; lengua, orejas, ojos, patas y el rabo es un incansable abanico de palabras. Es su alegría tan grande que más que hablarme, me canta. "¿Qué piedra te dejó cojo? Sí, sí, sí, malhaya". El perro me entiende; sabe que maldigo la pedrada, aquella pedrada dura que le destrozó la pata y él, con el rabo, me dice que me agradece la lástima. "Pero tú no te preocupes, ya no ha de faltarte nada. Yo también soy callejero, aunque de distintas plazas y a patita coja y triste voy de jornada en jornada. Las piedras que me tiraron me dejaron coja el alma. Entre basuras de tierra tengo mi pan y mi almohada. Vamos, pues, perrito mío, vamos, anda que te anda, con nuestra cojera a cuestas, con nuestra tristeza en andas, yo por mis calles oscuras, tú por tus calles calladas, tú la pedrada en el cuerpo, yo la pedrada en el alma y cuando mueras, amigo, yo te enterraré en mi casa bajo un letrero: «aquí yace un amigo de mi infancia». Y en el cielo de los perros, pan tierno y carne mechada, te regalará San Roque una muleta de plata. Compañeros, si los hay, amigos donde los haya, mi perro y yo por la vida: pan pobre, rica compaña.... Era joven y era viejo; por más que yo lo cuidaba, el tiempo malo pasado lo dejó medio sin alma. Y fueron muchas las hambres, mucho peso en sus tres patas y una mañana, en el huerto, debajo de mi ventana, lo encontré tendido, frío, como una piedra mojada, un duro musgo de pelo, con el rocío brillaba. Ya estaba mi pobre perro muerto de las cuatro patas. Hacia el cielo de los perros se fue, anda que te anda, las orejas de relente y el hociquillo de escarcha. Portero y dueño del cielo San Roque en la puerta estaba: ortopédico de mimos, cirujano de palabras, bien surtido de intercambios con que curar viejas taras. "Para ti... un rabo de oro; para ti... un ojo de ámbar; tú... tus orejas de nieve; tú... tus colmillos de escarcha. Y tú, —mi perro reía—, tú... tu muleta de plata". Ahora ya sé por qué está la noche agujereada: ¿Estrellas... luceros...? No, es mi perro cuando anda... con la muleta va haciendo agujeritos de plata. |
POEMA DEL AMOR PEQUEÑO
Fue breve aquella noche. Fue breve, pero bella. Poca cosa es el tiempo, que es también poca cosa, porque nadie ha sabido lo que dura una estrella aunque todos sepamos lo que dura una cosa. Nuestro amor de una noche fue un gran amor pequeño que rodó por la sombra como un dado sin suerte, pero nadie ha sabido lo que dura un ensueño aunque todos sepamos lo que dura la muerte. Una noche es eterna para el que no la olvida, y el tiempo nada importa para el sueño y la flor, y, como nadie sabe lo que dura la vida, nadie sabe tampoco lo que dura el amor. |
POEMA DEL RENUNCIAMIENTO
Pasarás por mi vida sin saber que pasaste. Pasarás en silencio por mi amor y, al pasar, fingiré una sonrisa como un dulce contraste del dolor de quererte... y jamás lo sabrás. Soñaré con el nácar virginal de tu frente, soñaré con tus ojos de esmeraldas de mar, soñaré con tus labios desesperadamente, soñaré con tus besos... y jamás lo sabrás. Quizás pases con otro que te diga al oído esas frases que nadie como yo te dirá; y, ahogando para siempre mi amor inadvertido, te amaré más que nunca... y jamás lo sabrás. Yo te amaré en silencio... como algo inaccesible, como un sueño que nunca lograré realizar; y el lejano perfume de mi amor imposible rozará tus cabellos... y jamás lo sabrás. Y si un día una lágrima denuncia mi tormento, —el tormento infinito que te debo ocultar—, te diré sonriente: «No es nada... ha sido el viento». Me enjugaré una lágrima... ¡y jamás lo sabrás! |
POEMA PARA OLVIDARTE
Amar -nadie lo ignora- viene a ser como un juego: el juego de dos almas y el juego de dos vidas. Y hay quien gana y quien pierde. Tal vez lo sabrás luego, si yo logro olvidarte pero tú no me olvidas. Yo sé por qué lo digo. La vida tiene un modo sutil de detenerse mientras sigue adelante, y una mujer bonita puede olvidarlo todo menos su última cita con su primer amante. Por eso, allá... tan lejos.. en tus tardes de hastío, puede ser que comprendas que el hombre a quien quisiste llenó de mariposas tu corazón vacío y de fechas alegres tu calendario triste. Y como tu pasado no pasó todavía tendrás que recordarme viendo en tu tocador aquellos espejuelos oscuros con que un día disimulaste un poco tus ojeras de amor. Y yo sé que otro día, de rezos y conjuros, te dirán que me he muerto -yo sé que será así- y te pondrás los mismos espejuelos oscuros para que nadie sepa que lloraste por mí. |
salud..
|
La franja horaria es GMT +2. Ahora son las 07:23. |
Powered por vBulletin™ Version 3.8.10
Copyright © 2024 vBulletin Solutions, Inc. All rights reserved.
Traducido por vBsoporte - vBulletin en español
ZackYFileS - Foros de Debate