Entra una chica en la farmacia y con los cachetes de la cara hundidos hacia dentro le dice al farmacéutico:
- ¿Ze acueda laz comprezaz que me vendió ayez?
- Sí, ¿qué pasa?
- Puez nada, ¡que zon mu azobente!
Una viejecita que entra a una farmacia:
- Por favor joven, ¿podría usted darme una bolsica de compresas de las más gordicas?
- Perdone señora, permítame la indiscreción, pero siendo usted tan mayor, ¿para qué usa las compresas?
- Pues, verá usted, tengo los pies muy delicados, ¿sabe? y me las pego en la planta de las zapatillas y voy la mar de bien.
- Pero señora, lo que usted necesita son unas plantillas, mire, tenemos unas muy cómodas que, además, eliminan el olor de los pies: plantillas De_BoR-oLor.
- ¡*Ay joven, si las conozco, ¡pero yo esas las uso pal COÑO!