LAS CARTAS BOCA ARRIBA



Buenas tardes compañero.
Que, …¿de tertulia?
la misma de siempre, ¿no?
¡ claro está ¡
¿Y hasta las mismas sonrisas!
La verdad no lo comprendo;
el interés, la manía
que habéis tomado por mí…
que no se pasa ni un día
que no charléis sin cesar
de las cosas de mi vida…
¡Amigos míos, por Dios!
¿para que tantas pesquisas?
no es mi caso el primer caso
que suele darse en la vida.
No, no marcharse,
pues ya que estáis aquí de visita
pongamos sobre la mesa
toas las cartas boca arriba.
¿No queréis saber mi historia?
pues en un brinco está dicha.
¿Pagué andar con penumbras
bajo un sol que tanto brilla?
Yo, por suerte o por desgracia
vine a nacer en Sevilla
hijo de padre torero
y de madre bailarina.
Con eso lo digo tó
tocante a la sangre mia.
Desde pequeño empecé
a pelear en pandillas,
a rondar toros de noche
y a meterme en las boticas
pidiendo mil cosas raras
pa envenenar a mis primas
que no lo logré, a Dios gracias
porque ya me conocían.
Y el final de todo era,
llevarme buenas palizas.
Tantas cositas de aupa,
iba tejiendo “cá” día
que el pequeño Juan Diablo
me llamaban las vecinas.
Pues ya ven si seria malo
que un día robé una gallina,
me subí a la giralda,
a un bizco se la eché encima,
y del susto que le dio
se le enderezó la vista.
Las ventanas con cristales,
¡hay que ver como crujían!
Esto de tirarle piedras
y luego tras de una esquina
ponerse a oír los berrios
que soltaban las vecinas,…
eso… ¡eso me gorvia loco!
¡vaya, que me relamía,
como se relame el gato
cuando coge una sardina!
De peleas con chavales,…
dos o tres tos los días.
Algunas salía ganando,
pero otras las perdía,
y a casa iba con un ojo
que daba de verlo, risa.
Los calzones destrozaos,
hecha polvo la camisa,
y rotas las zapatillas.
Así era yo en aquel tiempo.
Mi mare la pobrecilla
siempre me andaba ocultando
pues si mi padre me pilla,
hay güeso que me lo pone
mas blando que una tortilla.
Luego me creció el bigote
(para mas desgracia mía)
tuve novia, fracasé,
cometí mil tropelías…
Claro… ¿Quién me iba a querer
con la fama que tenia?
Mas, yo, sin amedrentarme
dije en un cantar un día.
“Si una mujer no me quiere,
rondemos por otra esquina
que la mancha de la mora
con otra verde se quita”.
Y no una sino muchas
deje con torpe sonrisa
que lloraran mis engaños.
Pero un día……
Recuerdo que estaba yo
majareta todavía
de una noche de jarana
con no se que compañía,
cuando me encontré a Rosario…
Era casi una chiquilla,
pero tan guapa, tan noble,
tan alegre tan distinta
a toas las que conocí,
que acabó en la vicaria
nuestro noviazgo. Con esto,
cambió de pronto mi vía.
Rosario, nunca la dije,
la llamaba Margarita,
por lo humilde que era siempre.
Luego, nos nació la niña
convirtiéndose mi casa
en un jardín de alegría.
Su madre, cantaba nanas
yo recitaba poesías…..
Aquello duró seis años,
después volví a la bebía,
a la pendencia, al juego,
y… ¡que se yo, mare mía!
Rosario, siempre en silencio
las lagrimas se bebía…
Y yo, que buscaba guerra,
nunca allí me la ofrecían,
solo lograba que a veces,
se echara a llorar la niña.
Y mi hogar que fue tan feliz,
hogar se hizo de desdichas
sin querer yo darme cuenta
de que la culpa era mía.
Así pasa a tó el que tiene
delito… hasta en la camisa.
Pero Dios que tó lo ve
quiso castigarme un día
llevándose de este mundo
la flor que yo más quería
¡Mi Lolilla, mi pequeña!...
La vi como se moría
mientras que su madre al lado
lloraba a lagrima viva
besando sus tiernas manos,
palpándole la carita,
pálida como la cera,
pero paciente, tranquila.
Y a su madre alzo los ojos
y con voz desfallecida
dijo, no llores mamá
que yo me voy allá arriba
donde están los angelitos…
¡¡¡ Hija mía !!!
Grite yo, sin poder ya
ocultar lo que sufría.
¿Y a mi, no me dices ná?
¿no me dices ná, chiquilla?
¡Si, papaíto te quiero,
pero es muy mala tu vida,
y mamita sufre mucho…
Nunca explicar yo podría
que dolor sentí en mi alma,
mi corazón se partía…
y de rodillas… llorando
le juré cambiar de vida.
Así se nos fue de este mundo
llevándose una sonrisa
en el lirio de sus labios.
¿Se explica ya, o no se explica
porque señores no soy
quien fui pa desgracia mía?
Así lo ha querio Dios,
El, que me dio la familia,
sin que yo la mereciera,
dos santas, ¡esposa, he hija!
Nada mas amigos míos,
podéis seguir con la critica,
yo sigo por mi verea
¡cosas que tiene la vía!
Antes no supe ser fuerte,
y ahora soy , ¡de piedra viva!
Antes me falto coraje,
y ahora se me encandila.
Muñeco de feria he “sio”
¡y ahora rey de abajo arriba!
Por eso toas las noches,
cuando voy pá mi casita,
mirando a los cielos digo,
¡un beso!¡¡un beso pá mi Lolilla!!

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HAY DOS PALABRAS QUE TE ABRIRAN MUCHAS PUERTAS: EMPUJAR - TIRAR

DE CADA DIEZ TIROS QUE PEGO, CINCO SON LA MITAD.