Después de unos meses desde la llegada de la TDT, queda el regusto amargo de lo mal que se pueden hacer las cosas, de la chapuza nacional.

Aparte de la posibilidad de haber implantado desde el principio la compresión en mpeg 4 (y, por tanto, el previsible sistema de Alta Definición), ya descendiendo a lo mundano la visión de los canales, su mal ajuste de video y audio, la pixelización en muchas zonas, etc. no acaba de entenderse.

Máxime cuando sí existen cadenas o corporaciones que se preocupan del "ajuste fino" de la señal, de su intensidad y calidad, de los servicios interactivos y, en fin, de todo lo que los profesionales de las instalaciones de redes de emisores y repetidores de televisión, con un mínimo de calidad, han de exigirse.

No sé de quién será la culpa, si de la "cosa" pública, del descontrol generalizado o de la incompetencia. Basta situarse ante un televisor con un mínimo de prestaciones, para observar los defectos de la TDT que nos han colocado y, sobre todo, comparar cuándo alguien se ha preocupado de hacerlo bien. La diferencia es definitiva.

Han primado más las prisas que otra cosa.

Y lo peor es que pasan los meses y no lo arreglan. En mi zona hay dos mux que pixelizan, se vean donde se vean, y como si lloviera.

Sí, nos merecíamos algo mejor. Lo pagamos todos.